1) Bajo esta configuración el consultante debiera hacer un profundo examen de conciencia a fin de reconocer su debilidad interior, las escasas fuerzas con que cuenta en su equipo mental para hacer frente a empresas de gran porte. Esa debilidad interior debe ser usada en provecho de las circunstancias de relación si quiere contribuir de la mejor manera con la Vida. Este kua indica que la Misión de vida de nuestro hombre en el mundo atraviesa el área de la escrupulosidad y de la modestia en los vuelos imaginativos, los proyectos y los emprendimientos; ha de actuar conforme a una escrupulosidad que no debe transformarse en hueco ritualismo, en una cadena de fórmulas y recetas de etiqueta para salvar las dificultades según se vayan presentando. Por el contrario, se trata de percibir el Orden Supremo de la Vida manifestándose en la Naturaleza y en el hombre, en todo cuanto existe, y adaptar nuestra forma de pensar y de conducimos a sus modalidades, a sus leyes y a su programa general de desenvolvimiento, el Plan de Evolución. Precisamente este kua nos sitúa ante un individuo que debe emprender pronto su propia evolución, aspirando a ofrecer a sus semejantes un auxilio y un socorro adecuado a las presentes emergencias. Un hombre así debería cultivar la honradez y el mérito y dedicar sus mejores energías a la práctica del Servicio desinteresado. De cualquier forma que oriente sus energías a la consecución de objetivos palpables, realizables en el mundo, aunque no por ello rastreros, alcanzará el éxito y a su manera una gran superioridad sobre aquellos que están más inclinados a metas más elevadas, por estar dotados de las condiciones necesarias para volar hacia el Sol. Nuestro consultante, como un pájaro pequeño, debe aspirar a planear sobre la tierra en protección de su nido: otra imagen del Servidor voluntario que tanta falta hace en todos los tiempos y entre todos los seres.
2) Momento en que las grandes metas deben ser postergadas y uno se debe abocar a la práctica de la modestia y de la recta acción, entregándose atentamente a subvenir las necesidades de la comunidad, a rescatar a aquellos que se han desviado completamente del Camino y que sufren las penalidades dimanantes de su extravío. Se insiste en que se trata de una oportunidad magnífica para ejercer nuestra vocación de Servicio y apoyar y respaldar a las almas cuyas misiones peculiares los dirijan a estados de excepción, en que las luchas internas son fragorosas y requieren de aliento y respaldo moral. Sólo aquel que ama el Servicio conoce la inmensa e inagotable fuente de felicidad que el auxilio al que sufre le reporta para su vida.
3) Abrigar grandes ambiciones en cualquier campo, y en particular en lo que hace a las experiencias internas, sólo provocará frustración y una inmensa pérdida de tiempo y de energía. La adopción de rutinas excesivamente ritualísticas para conjurar todos los males y para triunfar en la vida, nos vuelve extremadamente aparatosos y hasta mecánicos y nos resta frescura. En este kua el hombre genuino y noble se robustece internamente mediante la cauta y moderada actividad en cualquiera de sus niveles. No abusa de los sentidos, ni se deja desbordar por arrebatos de ánimo, ni procura fatuos engrandecimientos intelectuales. Se une a los tiempos y en su cauta sabiduría reconoce la situación de emergencia y dispone las cosas del modo más esclarecido, evitando las demostraciones aparatosas, el boato, el duelo público, la expresión de los anhelos, y contrayéndose a vivir con respeto y obediencia a las Leyes de la Naturaleza. Un buen libro para predisponemos en ese sentido es «Conocimiento de Uno Mismo» de I. K. Taimni y el pequeño opúsculo que a todos recomendamos en cualquier circunstancia, «El Sendero del Servicio» de George Arundale.
4) El más bajo perfil, la modestia, la abnegación, la inteligente aplicación de la energía en el mundo -donde hay tanto para hacer- son las fuentes del éxito seguro e indestructible. Todo esto se debe sostener sobre una base firme, que compense en cierta medida la carencia de una fuente de energía interna poderosa, capaz de proporcionamos el elam o poder creador. Si bien la creatividad no está especialmente favorecida, sí lo está la industriosidad, la aplicación del esfuerzo en todas las artes y oficios para la realización de nuestra vocación, el seguimiento a los hombres de verdadero poder espiritual y la integración a grupos inspirados donde se intente vivir conforme a ideales verdaderamente superiores.
5) «El pájaro no pretende la aurora solar. Vuela cerca de su nido, puesto que son los pichones, los desvalidos y desamparados, aquellos que necesitan protección y alimento. Las águilas en su alto surco pesquisan el vuelo mínimo del pájaro. Pero el pájaro planea sobre la tierra, bajo los árboles y muy junto a la hierba, para confundirse cautamente con los accidentes de la naturaleza. De esa forma protege su propia vida y custodia la seguridad de quienes lo necesitan».