1) Como la madera alojada en la tierra crece y se eleva paulatinamente hacia lo alto, doblándose y arqueándose con facilidad y dócilmente para evitar los impedimentos, así el hombre noble escoge la abnegación y la modestia en su carácter y sostiene su avance de una forma progresiva, sin descansar jamás. Este hexagrama nos remite al estado embrionario de un empuje ascendente, por lo cual se encuentra especialmente prescripta la constancia y la modestia en el empleo de una energía tenaz y persistente, a fin de alcanzar el nivel de vida moral y espiritual que nos convoca desde la esfera superior. La Misión de vida del consultante reside precisamente en concentrarse en su propio crecimiento interior, mediante la asunción de medidas de cautela y de absoluta modestia y docilidad para el avance. Se trata de un avance lineal pero sinuoso y no de un crecimiento explosivo o expansivo como el de un progreso rápido y consumidor. Por el contrario, las fuerzas impelentes de nuestros centros de fuerza básicos sostendrán nuestra ascensión y situarán la energía inteligente en el nivel superior (los centros de la cabeza), en la medida que procuremos vivir nuestro desarrollo de forma plenamente consciente y con total dedicación.
2) Te encuentras en un momento especialmente favorable para desarrollarte en amplitud y profundidad, pero particularmente en profundidad. Se trata de una conexión kármica con la disponibilidad de energía y fuerza dinámicas suficientes como para emprender el gran trabajo, .la Obra de creciente adquisición de consciencia y poder ultrapersonal, a través de la disciplinada y tenaz práctica de la convergencia de toda la energía hacia lo alto. Un método expedito para aprovechamos de la energía remanente en la noche y luego aplicarla en las acciones cognitivas de todo el día, consiste en el esfuerzo por alcanzar los sueños lúcidos. El despertar en medio del sueño una y otra vez favorece el vivir a plena consciencia el contenido del simbolismo inconsciente, incluso el llegar a tener una cierta autonomía en los planos del ser inmediatos y concurrentes. De esta forma se establece una cierta continuidad de consciencia y la energía de vida, la energía del alma, se renueva de forma completa y permanente, momento a momento, sirviéndonos de agente potencial para la faena de crecimiento que hemos emprendido.
3) El apuro, la inquietud, la ansiedad, suelen coartarle el camino a un aspirante bajo esta configuración. La fuerte ambición de éxito, las frustraciones vividas en el camino y el sentimiento de permanente postergación afectan negativamente la mente del aspirante. En estas circunstancias no debería dudar de que se le han de franquear las puertas de la corona superior, sólo en la medida en que obre con constancia y abnegación, con entereza y entrega, y pueda visualizar los obstáculos a tiempo, a fin de adoptar las medidas adaptativas que las circunstancias reclaman. Debe entenderse que las medidas adaptativas tienen gran superioridad en estos momentos por sobre las medidas resolutivas. La adaptación, la moderación y el modular nuestro crecimiento conforme la oportunidad se vaya presentando, son requisitos indispensables para alcanzar el éxito.
4) Echar raíces firmes en la vida, penetrar en los dominios ocultos de nuestra naturaleza a fin de obtener el fermento y la energía indispensables para un crecimiento seguro y hasta los lindes del infinito, es la recomendación inicial que se hace necesario realizar. N o te baste con comenzar en el punto donde crees encontrarte. Debes rastrear en tus orígenes, en el mundo de símbolos y significados velados de tu vida psicológica; en las relaciones llenas de sentido con tus adversarios y amigos (todos, tus maestros). Sólo avanzando resueltamente en el territorio escondido de nuestra ancestralidad, lograremos potenciar la raíz, y el broto se desarrollará conforme a un plan superior de pleno y amplio despertar.
5) «De la raíz escondida, del pequeño broto indefenso, surge el árbol marcial. De la fuente oculta, del depósito de tendencias y potencialidades dormidas, surgirá el poder de sembrar el Árbol Espiritual».