1) Se trata de una posición que expresa la condición de vida de alguien a quien los aspectos personales dominantes lo mantienen jaqueado, existiendo una cierta propensión a la condición energética magra, en tanto la esfera intelectual se encuentra activa y potente. Desde el deseado punto de vista del balance de las fuerzas biológicas y psicológicas de la personalidad, quizás se trate de una configuración que ofrezca apenas una pequeña posibilidad de suceso a través de la ostentación de la apariencia y del juego social. No así en el campo de la razón y la inspiración, ya que la montaña de la mente se yergue altiva y con extrema fortaleza. La Misión de vida del consultante es aplicar su esfuerzo regular y su constancia a la supervisión de las funciones físicas y emocionales, a fin de que no se conviertan en bloqueos, en desmedro de la condición general de bienestar y benignidad. Se requiere de un esfuerzo por alinear los centros de energía en tomo al centro cardíaco. Así, aquellos situados por debajo del diafragma merecen una particular atención y cuidado, mediante el correcto alimento natural y moral. Sólo con una persistente asistencia a estos aspectos personales, logrará el aspirante contar con un equipo en el mundo apto para la ejecución de los más altos planes, tal cual su poderosa mentalidad los columbra.
2) Como fuera expresado, la estructura personal se encuentra en merma, con sus circuitos energéticos debilitados y, por consecuencia, con grandes dificultades para llevar a la materialización las ideas del plano mental A consecuencia de esta dificultad para alcanzar logros materiales y relacionales, se recomienda al consultante una vida sencilla dirigida a las actividades superiores del alma. Es este el secreto, la rutina que gradualmente transformará la condición personal, mejorándola y volviendo a dotarla de la vitalidad que ahora se encuentra resentida. La estructura aérea, representada por el trigrama superior (la mente), por el contrario, se encuentra fuertemente potenciada, por lo cual se corre el riesgo de extralimitarse en los juicios y apreciaciones. De allí que una correcta alineación con el centro espiritual sea el recurso recomendado -ahora y siempre- para traer balance y equilibrio a nuestra vida.
3) Flaqueza constitutiva o moral, falta de carácter, pesimismo y derrotismo, emotividad negativa y aflictiva a grados perniciosos, todo ello puede transformar nuestra existencia en una penalidad. La irascibilidad de una mente poderosa, un encuadre orgulloso y ufano, acumularán sobre nosotros motivos de arrepentimiento. De allí que se sugiera la disciplina de la sencillez y de la naturalidad existencial. Y, fundamentalmente, el empleo del principio intelectual en la investigación de la Verdad y como zona franca para la meditación reflexiva. Por poco que se pueda hacer en momentos como estos, todo intento por equilibrar la contextura general mente-cuerpo, habrá de arrojar grandes beneficios y servirá de sustituto eficiente para esa forma de magnetismo personal que otras personas poseen en abundancia y que les permite imponerse y actuar exitosamente en el mundo.
4) El pasar revista conscientemente a las actividades de nuestro fuero emocional y mental, la supervisión de las actividades de la consciencia por medio de su atenta observación, todo ello favorece la purificación de los ángulos personales y en especial sirve de línea conductora de la energía que irradia el alma. La energía de la atención, el verdadero poder de la consciencia espiritual, debe ser como el temple de la espada, para evitar con su ayuda que el edificio completo se derrumbe. La energía y el poder del alma pueden obrar de eje, de línea de fuerza rectora, y conducimos positivamente a lo largo de la presente encarnación.
5) «Cuando merma el favor del pueblo en beneficio del poderoso, la tierra se sacude y tiembla. Cuando el poderoso escucha los ruegos de la tierra, su temblor, ajusta su conducta y renueva su pacto con las fuerzas armoniosas de la Humanidad».