1) He aquí el signo de la complacencia de lo fuerte frente a lo débil, de la mente frente a las pasiones. El aspecto siniestro de nuestra naturaleza, seguramente relacionado con viejos hábitos arraigados en vidas pasadas, cobra otra vez un sutil encanto para la mente y la seduce. Tu Misión en la vida es evitar caer preso de las tentaciones y de la fuerza de seducción de las corrientes glamorosas del mundo, que tienen su contraparte en tu propia constitución, en tanto has abrigado costumbres y usos que facilitan el influjo de aquellas múltiples prácticas desordenadas. Se trata de un momento en que aquello de nuestra naturaleza pasional que parecía subyugado, se reviste de características más aduladoras y complacientes, y nuestra mente no encuentra ninguna objeción para cuestionar tales promesas de vida ensanchada. Este es el signo de nuestros tiempos, en que prácticas disolutas y perversas han sido adoptadas con extrema naturalidad por los hombres, los cuales han llegado a afiliarse por mandato de la costumbre a la moda y a las predicaciones de los tiempos. Aun individuos dotados de luz e inteligencia, que pueden mostrarse ponderados ante otras circunstancias de la vida, ante la seductora voz de la concupiscencia y de todo tipo de excesos, se dejan vencer y adoptan esas prácticas de vida de una forma universalmente aprobada. El problema se agrava en la medida que la moral social ha alcanzado una lasitud e inercialidad tales, que todo se justifica en nombre de la libertad personal y del derecho de elección. Sin disciplina el hombre progresa inefablemente hacia el mal, y la disciplina ética es la única que proporciona un cierto margen de libertad interna y nos releva de la experiencia de la esclavitud a los sentidos, así como a la influencia de las Fuerzas Materialistas. La lucha entre las Fuerzas de la Luz y las de la Oscuridad se da en todos los planos y niveles, incluido el fuero interno de cada uno de nosotros. Este es el caso de la renovada lucha de las fuerzas antagónicas en el universo y en la consciencia.
2) Momento en que las intrigantes Fuerzas de la Oscuridad, representadas por hábitos y pasiones, creencias indulgentes sobre nuestra moralidad, y la adopción incauta de la moral del mundo, todo ello se ha levantado contra el aspecto espiritual de nuestra mente, enajenándonos e infatuándonos con nuevas certezas sobre la conveniencia e inofensividad de nuestras acciones egoístas. Estamos siendo seducidos por las fuerzas pasional es, por los efluvios elementales del mundo del deseo, por el glamour colectivo. Se trata de un espejismo mundial que anestesia la consciencia y mantiene a los hombres en el nivel de la esclavitud sensorial y emocional. Se requiere de un gran coraje y de la firme decisión de ir más allá de lo que preconiza el mundo y así establecemos con firmeza en nuestra fortaleza moral, por encima del batimiento de las olas de la seducción y del glamour. Se trata también de un momento especialmente propicio para alinear las fuerzas terrestres con las celestes, por lo que en el campo de las realizaciones sociales y colectivas el consultante se encuentra predispuesto al éxito. Sólo que debe medir con cordura y responsabilidad la latitud de todas y cada una de sus acciones.
3) Como se dijo antes, las principales dificultades dimanan de viejos vicios del pasado que renuevan su gravitación en esta vida. Se trata de investigar en las disciplinas éticas de la Tradición, así como en las vías que Ella recomienda para sublimar y transmutar nuestras emociones y pensamientos bajo la criba de la Luz del alma. La Alquimia Filosófica y las prácticas tántricas superiores (buddhistas), que apelan al empleo espiritual de la energía y dejan de lado la sexualidad, son estudios ilustrativos recomendados. Y esto a fin de extraer la paja del trigo, las impurezas del metal. Impurezas que son muchas y que alcanzaron un brillo traicionero que hace que las confundamos con elementos preciados y de verdadero valor.
4) Por sobre todo se trata de mantener el foco de atención en el nivel más elevado y desde allí supervisar nuestra vida en el mundo, con la suficiente altura y preclaridad como para ser capaces de abstraemos y si es necesario retiramos del pavoneo mundano. Un firme propósito de corregimos y encaminamos hacia el Sendero de Vida más Amplia, renunciando ahora a las gratificaciones que el mundo nos promete con tanto encanto y sugestión, es la vía más lúcida. Todo error apareja dolor. Para desarraigar la planta del vicio y del mal deberemos experimentar el dolor de nuestros elementales físico y emocional. Estas construcciones elementales propias de nuestra naturaleza subjetiva se aferran a los placeres y comodidades de una vida mundana, de allí que debe intentar el aspirante su dominio y control para evitar caer presa fácil de las seducciones de los sentidos.
5) «En los jardines del paraíso se me ofrecen todas las maravillosas joyas de los sentidos. ¿Son estos los diamantes que una vez me enseñó mi alma? En los jardines de los sentidos se creó la noción del paraíso. Pero la felicidad más espléndida está lejos de la fruición y del marasmo. Debo elegir entre el alma diamante y los velos de la materia que se muestran coloridos y brillantes. Detrás de los velos palpita la piedra basta. Sólo la condición diamantina da muerte a la bastedad de la naturaleza indigna».