1) Se trata de una configuración señalada por una fuerte impronta del «cielo», del aspecto Poder y Voluntad Divina, que hace del consultante alguien en situación de desplegar muchas de sus más poderosas condiciones intelectuales y relacionales, al extremo de tener señalado el triunfo por medio de la acción inclusiva, que lo ordene entre los más eminentes dignatarios de la comunidad de referencia. En tal caso, tu Misión de vida consiste en ejercitarte en el proceso de reflexión y observación minimalista sobre el continuo psicológico, operando ajustes, mutaciones, sublimando y coagulando, y todo ello a fin de mantenerte por el mayor tiempo posible en las condiciones adecuadas para emprender la obra que se te habrá de asignar: probablemente la inspiración y norte de tus hermanos en Humanidad. Este acto constante de auto-regeneración, pasa necesariamente por auto-cultivo, la introspección, el despojamiento moral y la adquisición de las mejores cualidades en el uso de la palabra.
2) Se trata de un momento especialmente edificante para el alma su peregrinación cíclica por los mundos de la materialidad. Grandes lastres podrán presentarse en tu camino, pero sólo en la medida que te ejercites tu auto dominio y te renueves momento a momento, mediante la atención plena rítmica (anapanna satti). Investiga en la corriente budhista que originó la llamada Meditación Vipassana; en aquella técnica por medio de la cual se trata de pesquisar las sensaciones como piedra de toque y puerta de acceso a la comprensión de estratos de la consciencia cada vez más sutiles; investiga en la Tradición de sunhata (la vacuidad) tal como el patriarca Boddidharma la inaugurara. En la actualidad ya existen traducciones a los idiomas europeos de algunas de sus obras. Facúltate para los retos mediante la alerta atención, procediendo a la enérgica extracción de las raíces de la dispersión, del desorden y de la comodidad, y establece el vigoroso eje de la consciencia en la raíz y en la fronda. Intenta practicar sobre la continuidad de la consciencia (intentando experimentar sueños lúcidos o despiertos). No dejes de trabajar sobre tu naturaleza moral y mental, ya que esta es una oportunidad especialmente propicia en el Sendero.
3) La escasa energía y disciplina aplicadas a mantener viva la flama de la consciencia despierta, la apatía, el postergar para más adelante las prácticas, la ociosidad, y particularmente dejarse arrastrar por el éxito mundano, pueden terminar por atrofiar esta extraordinaria disponibilidad kármica que se te presenta. Para todo ello la Tradición encomia «rescatar los tesoros ocultos a los pies de la Montaña». Se trata de que emprendas una responsable y seria investigación dentro de la Tradición de Sabiduría, en las filosofías idealistas y espirituales de toda la Humanidad y que retejes tu «estructura aérea» mediante el alimento «que no se come en casa»: el fundamento que pertenece a la Vida y que no se refugia en morada alguna, sino que se explaya en todo cuanto existe. Todo cuanto existe es tu alimento y tu Maestro. Retén estas ideas en tu mente y experimenta con sus naturales consecuencias.
4) Querer, osar, probar y callar. Este es el circuito que ha de seguir el aspirante a la Iniciación en el Templo de la Sabiduría, a fin de alcanzar una posición segura, desde la que se observe el Camino con el mayor poder y ponderación. La fuerza que amansa desde lo Grande, es la de la Mónada, la fuerza de voluntad, el Poder Real. Educe en ti las cualidades del Instructor que trabaja bajo coordenadas del Primero de los Siete Rayos de la Creación, el de la Voluntad. Valor indoblegable, coraje, presteza para la acción -interna o externa-, diligencia, iniciativa, poder de mando y organización -interno y externo -. Todo ello resume el tipo de potencialidades y aptitudes que debieras educir en estos momentos. Si lo haces, con toda seguridad alcanzarás un triunfo notable, y te aproximarás significativamente a la Meta que tu alma espiritual anhela y cuyos latidos te mueven por la vida.
5) «Quien socava el pie de la montaña se topa, tarde o temprano, con el tesoro del mundo. Porque a los pies del Maestro, la Montaña de la Vida Divina, se encuentra la provisión de oro y pedrería que el alma requiere para enjoyarse en el Esplendor Iniciático».