El estudio analítico y racional, que verbaliza las imágenes y las vuelve abstracciones morales, es sólo útil hasta cierto punto y fundamentalmente una vez que se conceptualizó visualmente el simbolismo del Libro en la mente del estudiante. Por consiguiente, una primera lectura general de los hexagramas, especialmente de la superestructura de Imágenes, Juicios, Dictámenes, Comentarios para las Decisiones y Comentarios para las Imágenes, acerca al estudiante a la atmósfera de vida que dio la nota clave para la edificación del Libro. Con una tabla de los distintos significados simbólicos de los trigramas que se asocian para identificar las distintas influencias que se entre cruzan e inciden recíprocamente, se consigue avanzar aún más.
De forma que el estudio de la superestructura puede contener a la vez: las conceptualizaciones y abstracciones de las imágenes naturales, y las propias imágenes naturales y coyunturales. De las distintas tablas de valoración de los trigramas y de los hexagramas es necesario proceder a realizar una síntesis de los valores simbólicos dispersos, a fin de encontrar la clave dominante, el motivo ideal y esencial que se despliega en ese orden abierto de las líneas de los hexagramas. Seguramente una primera lectura y confrontación con las tablas de valencias simbólicas no es suficiente, y a ella le debe seguir una nueva lectura y estudio de la infraestructura, es decir, de las seis líneas como valores anticipatorios o revelatorios de los acontecimientos.
Es importante que el estudiante lea las sentencias originales del Libro y que luego, al considerar los comentarios de todas las épocas, se permita conectarse sensitivamente con las empatías y conexiones asociativas que estos han encontrado en sus reflexiones. Por último, él mismo se debe permitir la libertad de apuntar nuevas variantes de interpretación, hecho que se vuelve mucho más practicable en la medida que el estudiante consulte los hexagramas y lea el vaticinio, en renovadas auto-consultas, ya impregnado del espíritu general del Libro.
Entre las varias lecturas completas que la obra requiere, debe tomarse un tiempo de reposo mental, permitiendo que la Vida organice su propio mundo interior y que el principio de sincronicidad se vuelva más y más activo, haciéndole ver la forma mágica y providencial con que comienza a emerger el orden implicado en el orden desplegado. La vida de sueños y las relaciones comienzan a cobrar un relieve y una significación nuevos, al extremo de volverse el mundo, la mente y los vínculos interpersonales páginas escritas del Libro de la Vida, altamente revelatorias de esas leyes y orden subyacentes.
Dentro del método general, la moderna investigación con la imaginación creativa, nos lleva a sugerir la realización de un ejercicio liberador del potencial de significados más interno. Se trata de acompañar el estudio de cada hexagrama con un dibujo personal que represente para cada uno de nosotros singularmente lo que aquél evoca en nuestro interior. Una carpeta con dibujos de los 64 hexagramas realizados durante nuestros estudios, que vayan completándose y complementándose a cada nueva lectura, abre una puerta de acceso al mundo de símbolos y pautas singulares, es decir, a la vía particular a través de la cual cada uno de los estudiantes se acerca con mayor facilidad al corazón del oráculo.
Se trata de flexibilizar la mente a través de un ejercicio estético-emocional que permite encontrar la línea de menor resistencia, aquel canal que nos es más favorable para llegar hasta la fuente. Del mismo modo, en cada auto-consulta (consulta personal al oráculo) la graficación del sentido del hexagrama en la forma que se desee, ya sea como figura definida, líneas curvas o rectas, cerradas o abiertas, manchas, colores, etc … , puede servir de pie de apoyo para la ulterior elucidación del significado del hexagrama.
Un consejo muy apreciado es llevar el registro de todas las consultas realizadas, de modo de comprender y anotar las evidencias del ritmo y la secuencialidad de los eventos más importantes en nuestra vida. Este Diario de crónica oracular debe ser guardado celosamente junto al libro sapiencial y esporádicamente consultado, especialmente cuando nuevos rituales de pasaje o cambios en nuestra vida nos introducen a fases desconocidas, nuevas y enriquecedoras, y concretamente cuando este asomarse a un nuevo arquetipo comportamental nos arroja en la incertidumbre.
La observación a la vez minimalista y panorámica del mapa de nuestra vida, trazado según las líneas, dibujos y observaciones personales a lo largo de un cúmulo de años, torna orgánica y coherente nuestra visión de la existencia y de las relaciones y nos conmueve al extremo de sugerimos la completa obediencia a las leyes morales y mentales que gobiernan el universo. Esto redunda tarde o temprano en una vida de realizaciones humanas y afectivas profundas.
A los efectos de abrir nuestro propio Diario oracular, una sugerencia fundada en la experiencia directa postula la formulación cabal de una primera pregunta de acceso al libro de registros de los hechos de nuestra vida. Si bien cada uno es libre de elegir la formulación que prefiera, parece resultar altamente propicio y favorable para la construcción regular del Diario oracular, el hacemos la pregunta: ¿Cuál es mi misión en la vida? Lo que el Libro de los Cambios nos responda constituye la nota clave que inicia esta suerte de pentagrama vital, en el que se registran los movimientos armónicos e inarmónicos, conforme a un ritmo oscilante, a veces estricto y regular, a veces sincopado y abrupto.
Esta primera pregunta nos ofrece indicios sobre nuestra línea de menor resistencia: es decir, sobre las aptitudes que ya hemos desarrollado y sobre las que debemos poner nuestra atención, las que debemos desenvolver y potenciar conforme a los consejos de sabiduría del Libro. Indica también qué tipo de dificultades enmarcan nuestra existencia, y consiguientemente y a los efectos del estudio del Libro, qué bloqueos propios de nuestra tipología y caracterología, como lo sugiere el hexagrama, deben ser considerados, vueltos enteramente conscientes y disueltos o superados, a fin de que la consulta carezca de una casuística corriente, que se da muy a menudo: los prejuicios, creencias y la programación mental previa del consultante interfieren con la luz de la inteligencia que llega del alma, impidiendo una visión y una comprensión en niveles profundos del vaticinio.
La configuración de los estados de ánimo, la turbulencia y agitación mental, las propensiones subconscientes que solemos utilizar como mecanismos de defensa y lucha para enfrentar situaciones y personas, todo ello colorea y ensucia la percepción de lo que está implicado en el vaticinio. De allí la utilidad de formular esta primera pregunta, en el encabezamiento de nuestro Diario oracular, a fin de precisar nuestra condición subjetiva y nuestras limitaciones dominantes y presentes de manera permanente en nuestras circunstancias de vida, así como aquellas habilidades y capacidades en algunos casos activas, en otros todavía dormidas, desarrolladas todas las cuales las formas emocionales residuales y todo tipo de aprehensiones y prejuicios pueden ser desmantelados.
Además de una consideración analítica del hexagrama de apertura del ciclo de consultas, puede diseñarse un dibujo o representación gráfica, en el cual nos tomemos todas las libertades. Naturalmente debemos damos tiempo para que todos los grafismos empleados en este diseño revelen su contenido en tanto significantes y significados. El dibujo que surja de nuestra comprensión sensible, del corazón de la mente, al representar el hexagrama obtenido, puede ser convenientemente coloreado y adornado, permitiéndonos el hacer anotaciones o diseños agregados de cualquier tipo, que desempeñarán en última instancia el papel de sellos de protección y de apertura a cada una de las nuevas experiencias de pasaje de un momento espiritual a otro de nuestra existencia terrena. Esos «sellos protectores» nos van conduciendo gradualmente por la rueda de la vida hasta posicionarnos en nuestro arquetipo o Dharma personal, representado perfectamente por el hexagrama obtenido y seguramente graficado en forma simbólica en nuestro dibujo inicial.
Se debe tener presente siempre que, aunque según lo testimonia la investigación psicológica, las potencialidades personales en estado latente son de difícil evocación, una vez que se actualizan o se ponen de manifiesto constituyen la línea más directa de contacto con el alma y la mejor forma de deducir lo que el ser interno espera que activemos y manifestemos. Constituyen además la especial línea de perfeccionamiento que podemos seguir en la presente encarnación, el tesoro oculto que podemos descubrir en nuestro interior en ella, obtenido el cual, la vida se revelará como rica en inspiración y gozo, profundidad y sentido.
Insistimos en que la graficación regular de los hexagramas obtenidos en la consulta, presenta además el poder adicional de desatar nuestros bloqueos psíquicos y mentales, hacer perceptibles nuestros complejos psíquicos dominantes (nuestros yo es más presionadores) y en última instancia facilita una experiencia de transmutación de fuerzas psicológicas residuales en factores de auto-conocimiento. Precisamente es una ganancia en mayor autoconocimiento lo que favorece la práctica del Diario oracular, desde que el ser espiritual se relaciona con nuestra mente escondida mediante símbolos y paquetes de sentido que deben ser desplegados, por ejemplo, apelando a procedimientos como el aquí sugerido, altamente liberadores de las formas emocionales en las que se hallan envueltas comúnmente las improntas de inspiración del alma.
Insistimos también en que la auto-expresión, o expresión artística de auto-descubrimiento con el Libro de los Cambios, nos permite recrear en algún momento nuestro propio Libro de los Cambios, realizando 64 diseños personales de forma separada, los cuales pueden, de esta manera, resultar más inteligible s y abrir sus puertas a la comprensión intuitiva más profunda e inmediata, gracias al comprobado poder que las prácticas de expresión de nuestra imaginería oculta tienen. Este poder incluye el desatar nuestras inhibiciones expresivas, es decir auto-expresivas, la forma cómo expresamos y nos expresamos a nosotros mismos. Se trata de un valor agregado de carácter intensamente terapéutico.
Otra práctica sana para redondear nuestros estudios consiste en confrontar las versiones antiguas orientales con las occidentales de todas las épocas, y con las actuales realizadas por estudiosos de aquella nación, los cuales han podido beber directamente de la fuente y del aura que impregna de un modo indeleble el alma del pueblo chino. Con este material se recomienda la práctica de completar y ampliar aquellos comentarios arcaicos con nuestras propias contribuciones, siguiendo el diseño sintáctico y el estilo original, evocando los tesoros ancestrales comunes a la Humanidad, en depósito en nuestra mente escondida, conectándonos con una época y un espíritu de otros tiempos, lo cual nos pone en línea de contacto con el elam vital, con el egrégor espiritual creado por los sabios comentaristas del oráculo.
Este ritual de sintonización con los modelos intelectuales y conceptuales arcaicos nos hace acercamos por la vía tradicional y seguir el mismo camino que siguieron los sabios del pasado, en la confrontación de sus propias experiencias de vida con las instrucciones de la fuente sapiencial del oráculo. En buena medida el convivir racionalmente con el espíritu y el estilo de aquellos hombres primordiales también puede afectar nuestra vida y hacemos sentir más cerca de la sugestiva, poética y revelatoria atmósfera sapencial del Libro. Cuando pasamos de la imitación del estilo a la redacción personal y en línea con el espíritu ético y gnóstico de los antiguos, nuestra existencia comienza a moverse por carriles más firmes, a estabilizarse, y nos sorprendemos de pronto respondiendo o desempeñándonos en conformidad con una actitud interior nueva, de vigilancia, cautela y veracidad, que nos abrirá las puertas de nuevas y genuinas relaciones y nos allegará oportunidades de crecimiento y expansión en el terreno del conocimiento y la experiencia.
Existen además estudios de carácter morfogenético, que analizan los valores combinatorios y numerológicos, los cuales deben ser dejados para un segundo turno, a fin de no complicar y enrarecer el proceso gradual de acercamiento al Libro. Estas obras cabalísticas, más o menos especulativas, son libros de estudio complementario y no debieran ser consultadas antes de tener una noción global y una visión interna de la obra y de la forma como la misma simplemente patentiza y grafica el orden natural y mental.
Debemos evitar en todo momento la ingenua creencia de que ya lo sabemos todo, tanto sea para este estudio como para cualquier actividad en la vida. Por otra parte, es posible que las renovadas auto-consultas al oráculo vuelvan activas las propensiones videnciales y anticipatorias del individuo, especialmente si ya trae consigo una condición psíquica sensitiva. Pero debe considerar con detenimiento y seriedad la intrusión invasiva de las voces intrapsíquicas, de los complejos psíquicos, de los múltiples yo es, que son removidos en algunas personas de manera intensa al ingresar ellas a un período de creciente actividad intelectual. Lejos ha de estar el practicante de dejarse tentar por las insinuaciones de esas voces, identificándose a sí mismas como guías o maestros espirituales.
Cuando ello ocurre es preferible suspender la actividad intelectual y reforzar nuestra atención sobre la vida moral, examinando en qué medida la misma es una fuente de conflictos y oscuridad. Sólo la purificación moral permite la penetración y despojamiento mental. Sin un previo trabajo de refinamiento y correcto alineamiento de las fuerzas emocionales y psíquicas que canalizan las energías superiores, difícilmente el estudiante con propensión mediúmnica avanzará en su desarrollo. La mediumnidad inferior no es una forma de contacto áurico-mental y ningún Maestro espiritual de ninguna época la ha empleado ni estimulado.