1) Has nacido bajo la especial inspiración y protección del Espíritu de Paz. Tu Misión en la vida es armonizar a los hombres en tu corazón, comenzando por tu corazón. Se trata de una oportunidad maravillosa para que puedas inspirar a aquellos que se encuentran bien predispuestos para recibir el influjo de la Fuerza de la Paz; pero también tienes los medios y la energía suficiente como para estimular a los hombres que viven en el desorden y que fomentan el caos y el desentendimiento. En cuanto al rol que te ha tocado jugar en estos tiempos, ten presente que cuentas con el respaldo de las Huestes Angélicas que patrocinan la instauración de un Reino de Paz, y es tu corazón el templo secreto donde la Divina Presencia del Señor de la Inmutable Paz tiene su residencia permanente. Allí, en el Loto Egoico, en el Cuerpo Causal, hay provisión y tesoro de misericordia y de congraciamiento para que dispongas de tal fuente en tu expedición por los territorios donde la ley humana es repetidamente violada. Eres un agente de la Armonía, un instrumento de Su paz, y harías de esta aptitud un poder maravilloso si te refugiaras en instantes de silenciosa meditación, intentando captar y expandir el perfume interno. Tu Misión también tiene que ver con proporcionar a los hombres pruebas y razones para que lleven los conflictos al armisticio, y para que trascendiendo el armisticio, alcancen la ínclita paz del corazón.
2) Es este un momento especialmente fructífero, si lo aprovechas para aportar en la comunidad y entre tus condiscípulos la nota de armonía y de felicidad que sus almas ansían. Eres el armonizador de esa Harpa Eólica que es el Hombre, considerado a la luz de la Vibración Primera, AUM, el Verbo, el alma espiritual. Puedes tañer las cuerdas del alma con gran holgura y proporcionar así consuelo y ejemplo, estímulo y contento. No deberíaspasar por alto esta oportunidad que la Vida te ofrece para dejar las marcas de tu disposición al Servicio y al socorro. Urge el socorro de aquellos que se debaten, con las alas atrapadas en el fango, en medio de la borrascosa noche de las almas. Está en ti el Poder de restablecer la calma. Ponte a edificar el abatido Templo de Salomón, el Cuerpo Causal, tendiendo una línea de fuerza a través de la meditación y la vida pacífica y desapasionada.
3) No creas que es una etapa singularmente fácil. En medio del pro- celoso giro de los acontecimientos, ante una gran os curación moral provocada por la presente Humanidad, tus tareas se verán crispadas de retos y grandes dificultades. Pero las más significativas pueden tener lugar si no cultivas tu propia fe; la fe en el poder del Espíritu de Paz que vigila sobre el mundo y que ha elegido la fortaleza de tu corazón como faro. La dificultad y el desafío estriban en dejar pasar el tiempo, en medio de felices circunstancias personales, sin ocuparse de la Pobre Viuda (la Humanidad). Puedes dejarte llevar por las plácidas aguas del deleite y entonces perderías una oportunidad preciosa para servir al Plan Maestro de la Vida, ofreciendo tu sencilla pero crucial contribución.
4) Por sobre todo debes aplicar en ti las estrategias que el Plan de Vida sigue para establecer su Reino de Paz. El olvido de uno mismo, una conducta crecientemente impersonal, el desapegarse de personas, creencias y cosas; el ponerse en el lugar del otro, sentir con el otro, unirse de corazón a corazón, todas estas nuevas conductas favorecen el surgimiento de la Fuerza de la Paz de un modo activo y global. Encárate contigo mismo en el refugio de tu corazón y sincerándote con él expresa tu vocación de paz y disponte a recoger los retos que, tras la invocación, el Alma Directora te impondrá, a fin de que te ocupes de Sus hijos de modo dilecto y con total energía.
5) «En la Morada de la Paz hay muchas puertas e innumerables ventanas. Reinan la luz del sol y la libertad del viento. Sólo la luz y la libertad interior dan el refugio que las paredes más viejas retacean. Puesto que las paredes dividen y las puertas y ventanas entrelazan».