1) En la Tradición Oculta se habla de la influencia de los Cuatro Vientos, cada uno de los cuales tiene que ver con un momento particular de la vida del candidato o, colectivamente hablando, de la comunidad humana y de los reinos de la naturaleza. Así, en los fastos previos a las grandes expansiones de consciencia (iniciaciones) sopla el «viento de la iniciación» sobre los altos éteres del aspirante, barriendo y purificando su naturaleza psíquica y dejando el camino expedito para las instancias mentales y espirituales que entonces tienen lugar. Se trata de un secreto de iniciación que no es conocido casi por los investigadores en la Ciencia Sagrada. Del mismo modo, la práctica de la retención del aliento -propia del Pranayama-, es enseñada al discípulo en el ashrama a fin de que, de un modo suave y persistente, purifique su naturaleza magnética y psíquica y predisponga a la mente para los eventos de absorción en la esfera superior. Naturalmente se trata de prácticas riesgosas que exigen la supervisión y el total control por parte de un Instructor avezado. En la octava de las prácticas morales y meditativas, esta acción penetrante y suave tiene que ver con el «viento» (simbólico) de la voluntad mayor, que ejerce un continuo influjo sobre el campo cognitivo, dejándolo en condiciones de servir de esfera para las prácticas iluminativas. En relación con la Misión de vida del consultante, este hexagrama nos enseña la natural predisposición para ejercer un influjo permanente sobre los aspectos superiores de su naturaleza, así como sobre el campo de las relaciones colectivas. Se trata de una existencia en que se puede alcanzar un éxito apenas perceptible exteriormente, gracias a la dedicación y regularidad mental. En el nivel superior, sin embargo, el progreso es positivamente muy grande, por lo cual se trata de una configuración de gran éxito, muy auspicios a, que trae paz y prepara el terreno para el sembradío de las semillas espirituales.
2) Momento para dar cumplimiento a los asuntos pendientes, particularmente a las lecciones de vida que nacimiento a nacimiento hemos ido postergando. La revisión de nuestro continuo mental y de nuestra conducta nos proporcionará un material sobre el propio conocimiento verdaderamente inestimable, para reconocer las cuentas pendientes en cualquier área de nuestro desenvolvimiento y para completar el curso de la acción que dejáramos trunco. Una vez hecho el descubrimiento y detección de las zonas oscuras, el consultante podrá, con regularidad y método, aplicar su mejor energía en el barrido y purificación interior. Está en condiciones de emprender esta actividad penetrante y propiciadora como nadie, de allí que se le encomie dedicación y constancia en sus esfuerzos por alcanzar un estatus moral, magnético e intelectual de mayor calidad. Todo lo que pueda hacer en estos momentos redundará en un seguro y legítimo progreso más adelante.
3) Los conatos de violencia en las prácticas, debidos a la ansiedad y el apuro por ver resultados. Cultivar el desapego y la modestia a fin de purificar completamente nuestra naturaleza narcisista y re activa, pulir las aristas ociosas que todavía gobiernan muchos de nuestros aspectos emocionales y, por sobre todo, adquirir la constancia y la regularidad de las horas y los días, para llevar a cabo el desbrozamiento completo del terreno de cultivo, la preparación de la tierra, el barbecho, y el acondicionamiento de nuestra naturaleza moral e intelectual para que el alma implante en ella sus semillas de Luz y Sabiduría. Semillas cuyo crecimiento seguro depende en gran medida de cómo lleguemos a superar nuestra inercialidad constitutiva y nuestra falta de experiencia en el campo de las prácticas meditativas.
4) Simplemente fluir como el suave viento que llega a todas partes y pule las laderas de la montaña. Adoptar prácticas metódicas y panópticas que engloben nuestra completa naturaleza y la «carguen» con la energía dinámica de los altos éteres, predisponiendo natural y suavemente a la mente para recogerse sobre sí misma y encarar la experiencia contemplativa de un modo eficiente.
5) «Cuatro son los grandes vientos que alimentan la mente del planeta. Cuatro son los puntos cardinales y los Regentes de Karma. Con cada Número se pone de manifiesto una función ordenadora y operativa. El viento que sopla en mi alma es de la naturaleza de la Paz y de la Luz. Es el viento que comunica los Sonidos Inaudibles, el inaudito OM de las eternidades. El viento que arrulla al alma recién iniciada y la transporta hacia las regiones de la más severa contemplación: la contemplación de la Rugiente Voz Interior» .