1) Tu Misión de vida tiene que ver con desarrollar ahincadamente tus cualidades de adaptación y sumisión a la ley natural, de la forma más sabia y práctica que puedas encontrar. Está señalado que en este período seguirás una causa, un ideal, un grupo o persona, o, en cambio, serás seguido e imitado, visualizado como líder y ejemplo. Observa lo delicado de la situación y a la vez, cómo depende de ti que la misma se transforme en un apoteótico éxito, procurándole a los hombres el alimento moral y espiritual que necesitan.
2) En estos momentos debes tener presente que la forma más preclara de obtener obediencia, mando y dominio, es la práctica genuina del Servicio a los hombres. Asegúrate que internamente estés siguiendo por ti mismo los mandatos de la razón, bajo la luz del alma. Examina una y otra vez hasta qué extremo estás dispuesto a llegar, en seguimiento de aquel propósito impreso en el centro de tu ser. Examina también qué medios estás empleando para hacer efectiva la práctica espiritual, y si a través de ella te encaminas de verdad en la dirección intuida y reconocida junto a tu alma en la íntima oración silenciosa del corazón. Una vez que entronques con el corazón el Sendero de la Luz y el Poder, te serán transferidos los medios legítimos y la fuerza necesaria para que ejerzas influencia sobre los hombres; una influencia que ha de estar en línea con el seguimiento que tú emprendiste de la Luz que «desciende» desde el Templo de Sabiduría, el centro espiritual del corazón.
3) Las principales dificultades que se presentan, para adaptarse y ejercer mando u obediencia, son la falta de perseverancia, la inquietud y la ansiedad por ver los resultados de la acción. En el mismo sentido debes asegurarte de no seguir negligentemente la marcha, a menos que hayas comprobado que las fallas que subsisten son del tipo de las que se pueden corregir sobre el andar. Los tiempos actuales, son tiempos que demandan de ti un especial esfuerzo adaptativo. Ten presente que todo ejercicio de adaptación suele ir acompañado por pequeñas o grandes crisis de desorientación y resistencia. Esfuérzate por multiplicar tus fuerzas para tomar este desafío y salir hasta cierto punto indemne. El éxito, en este caso y en todas las circunstancias por igual, viene sólo como consecuencia de la asunción de las condiciones que los tiempos (el Karma Colectivo) exigen en perfecta armonía con tus propios tiempos (Karma y Dharma Personales).
4) Como fuera mencionado: una franca disposición para el aprendizaje, el aprendizaje de las lecciones de la Vida, una actitud abierta y abarcativa, una mente flexible y adaptable y una conducta «escuadrada», que esté siempre en conformidad con las exigencias y demandas de la comunidad. Esmérate por servir, por sobre todo incrementa tu vocación de Servicio. El Servicio llevado al mundo de los hechos, proporciona la confiabilidad y concede el crédito que sólo los hombres anhelantes de dirección extienden sobre sus elegidos.
5) «Uno a uno tomamos por este camino. Uno a uno según el momento en que tomamos la decisión. Uno a uno recorremos este Camino. Uno a uno según la jerarquía de nuestra decisión. Uno a uno alcanzamos la meta, según el poder unificador de la compasión. Entonces, aunque de uno en uno, con cada peregrino triunfante, todos alcanzamos el último renglón. Uno y uno es Todos en el Corazón».