1) Tras la recapitulación que como alma has hecho de tus tendencias ancestrales y de tu estatura moral y espiritual, te enfrentas ahora al desafío de enmendar y recomponer las fuerzas y circunstancias personales, a fin de restablecer el orden perdido. Tu Misión de vida consiste en conducir tu equipaje (cuerpo físico, emocional y mental) otra vez por el Camino del Filo de la Navaja, al que abandonaste en los meandros de la marcha. Puede que ello haya ocurrido en tu última encarnación y ahora te enfrentes a la Sombra (el Morador del Umbral) bajo la demanda interna de auto control y encauzamiento. Se trata de un período que requiere de la máxima actitud reflexiva, la cautela y el paso diestro, así como la templanza de ánimo suficiente para sobreponerse a las fuerzas remanentes e inerciales que subsisten como miasmas y parásitos, agregados a nuestra entidad personal.
2) Se trata de un momento especialmente favorable para retomar el control de la situación desde todo punto de vista, y tomarse tiempo y aliento para organizar las fuerzas subjetivas. Una vez evaluada cabalmente la situación, ha de intentarse -una y otra vez-, volver al surco natural y recobrar el hilo conductor de la existencia: la dirección del alma. Tras la reflexión y la enérgica ejecución del plan de reconciliación interior, adoptar la serena aceptación del proceso mayor, que incluye dificultades y extravíos como éste y los que aún tienes por delante. Debes examinar tu mente y tus emociones a fin de detectar y aislar las fuerzas ofuscadoras y pasionales que te tienen asaeteado y agitado psicológicamente, y proceder a la rápida obliteración, al barrido y limpieza de la esfera subjetiva. Recuerda el adagio alquímico «solve et coagula». Disuelve los agregados y quistes mentales que te retienen en este punto, y luego formaliza o cristaliza las estrategias concienciales y la energía evocada para radiar sobre el núcleo disoluto y así terminar con estos nódulos psicológicos indeseables. Puedes ensayar con la Meditación Vipassana (alerta atención rítmica) y examinar la enseñanza-experiencia de JidduKrishnamurti.
3) La resistencia a aceptar el propio extravío, el desaliño interior, sea por vanidad espiritual o porque nos engañamos a nosotros mismos, ya que sentimos que en el caso de asumir nuestros errores nos desmoronaríamos; en cualquier circunstancia, el torcer la mirada para no ver, para no vemos, el autoengaño, la autoindulgencia y la infatuación moral, son los enemigos y obstáculos más gravitantes en este cuadro kármico. Todo ello requiere de prontitud y diligencia, y por sobre todo, de la realización de la verdad: ser verdaderos, veraces y no bloquear indefinidamente nuestro genuino regreso a la vida de compromiso y Servicio, de responsabilidad y abnegación, tal cual ha sido presentado el Sendero de Evolución Acelerada.
4) Como se indicó, reflexión, auto crítica, reconvenirnos y predisponemos afirmativamente para operar cambios y renovar nuestro continuo mental, constituyen los primeros tramos de un nuevo empuje ascendente y persistente que viene del espíritu y que nos hace perseguir las metas que acariciamos en la vida. Arrojo, coraje, verdad y sinceración interior. Desarrollo de destrezas convalidadas por la Tradición para enfrentar este agudo trance y desafío. A saber: imaginación creativa, estar en el lugar del enemigo mediante la visualización de escenas evocadoras de pasados conflictos, para que sean sanadas por el poder de la voluntad creativa (kriyashakti). Enfrentamos al Interno Enemigo, a nuestra Sombra, con el sólo poder del Guerrero Interno, el Yo Superior, invocándolo y retirándonos pacíficamente al refugio seguro en el seno del corazón. Valor y coraje. Osar, Querer, probar y callar. En este trance, ten presente que tu voluntad constituida en el poder para la acción, te llevará al éxito seguro, a la promoción más creativa y productiva, hacia umbrales nuevos y dinteles desconocidos.
5) «Cuando en mi escudilla amanecieron gusanos, yo lavé mi mente y mi corazón. Y pronto los gusanos se transmutaron en granos de magnífico esplendor»