1) Estás inclinado a adoptar medidas y conductas de una naturaleza tal que una amabilidad ocasional y fruitiva se despliega y consigue de ese modo la adhesión de los hombres. Ante tu natural regusto por la bella apariencia y la proporcionalidad en las medidas de intercambio (bienes y conocimiento), corres el riesgo de dejarte seducir por el espíritu voluble y poco firme que esa predisposición conlleva. Tu Misión de vida es enfrentarte en todo momento a la inclinación que tienes a manejarte conforme a patrones morales establecidos, que no toman en cuenta la verdadera envergadura de esa Belleza del espíritu que es el esplendor iniciático, tal cual se expone a los ojos del místico en las fa stas ascensiones a la Montaña. Aquí el fuego quema a los pies del monte, y tal debería ser tu elección: discernir correctamente la oportunidad y el valor de adoptar métodos protocolares y ceremoniales exentos de verdad y profundidad, o, por el contrario, dejar que la Verdad madure a través de ti.
2) Momento de grandes desafíos. Concentras en ti los efluvios naturales, el magnetismo y el atractivo de los hombres de mundo; pero en tu interior la Fuerza del alma te impele a asumir decisiones radicales y regeneradoras. El desafío consiste en no dejarse arrastrar por la línea de menor resistencia; a saber; actuar con el glamour y espíritu de seducción en las transacciones con el mundo. Elevar el fuego de la mente para que relumbre la Montaña donde se yergue invicta tu alma espiritual. Muchas tentaciones, que, en la medida que consigas subyugarlas por el imperio de la Verdad y la Bondad, darán paso a un considerable éxito en esta parte del proceso mayor. Éxito respecto a tu propio trabajo interior -encolumnado tras el Fuego Solar, el Fuego del alma-, y respecto a las relaciones que establezcas y madures en el mundo.
3) Una inclinación como ésta, a privilegiar la forma, la armonía estética y verbal por encima de la verdad y la franqueza, es en sí misma la mayor dificultad en este tramo de tu Camino. Ten presente que, no importa cuanta energía te demande el superar la verbosidad, el boato, el exhibicionismo y el pavoneo; si te enfrentas en estos momentos a la voluptuosidad propia de la esfera del alma animal (alma de deseos), seguramente alcances aquella forma de balance que se requiere para, guardando las formas públicas, restaurar la Belleza interna de una vez y para siempre. Aprende a discernir entre los asuntos corrientes y los trascendentales y no mezcles el agua con el aceite. Respecto a los primeros es garantía de éxito la gracia aplicada como métrica de las relaciones; respecto a lo último «sólo la Verdad te hará libre» .
4) Medita persistentemente sobre la Luz y todas sus implicaciones, así como sobre la Belleza del esplendor del alma. Esplendor que aporta lucidez, claridad mental, cristalinidad conductual, y purifica el aura magnética, predisponiendo al candidato para eventos y circunstancias de mayor volumen e importancia en su vida. Investiga sobre la vía iluminativa en las tradiciones espirituales; desde la clasificación medieval de los filósofos europeos del Fuego (Jacobo Boheme, Ruysbroek. .. ), hasta la descripción de la iluminación alcanzada por Gautama Buda en los textos del Canon Pali. En principio, evita reducir tu relación con el mundo de las ideas a mera imaginación creativa; comienza por la práctica de la meditación reflexiva, la reflexión sobre una «semilla», como por ejemplo, la Luz. Evita dejarte adular por las imágenes y visiones. Profundiza en el empleo de la razón y permite que el rayo del alma, el rayo de la intuición, socave tus velos. Velos tejidos con la cadencia y el ofuscante resplandor del mundo.
5) «Al principio surgió la Palabra, y fue la Luz. Después del principio vino el Poema, y fue la Manifestación. ¿Con cuántas palabras se hace un mundo? ¿Cuántos mundos se necesitan para completar una Idea? La Luz es la Idea completa.»