1) Algunos animales en el correr del año y conforme avanzan los cambios estacionarios mudan su piel; algunos de ellos la renuevan completamente, como la serpiente. Este proceso que se verifica episódicamente en la naturaleza, tiene lugar en la vida de los hombres bajo algunas circunstancias cruciales. Entonces se hace necesario la afirmación en los valores superiores y la atenta vigilancia del tiempo: pronto llegará tu tiempo y con él los grandes cambios y mutaciones. En consecuencia, tu Misión consiste en prepararte detenidamente para un gran cambio que te transformará radicalmente en todos los niveles de tu existencia. Debes prepararte para la justa oportunidad, haciendo que tus tiempos internos coincidan con los tiempos de la naturaleza. Vigila y labora, disuelve y coagula. Los cambios y mutaciones advienen como consecuencia de una fuerte crisis o antagonismo de fuerzas en nuestra vida psicológica y relacional. El mundo pasional se encuentra en actitud de ofuscación y persigue el apagamiento de la flama encendida de la mente, y ésta intenta persistir en desmedro de las aguas turbulentas del mundo emocional. Circunstancia en la que se requiere de un especial cuidado, incluso en el detalle, en lo concerniente a la sana expectación del ciclo kármico y su consiguiente movilización y transformación. Busca inspiración en los tratados que vuelven comprensivo el argot alquímico.
2) Te encuentras a las puertas de una revolución. Como ocurre en las estaciones y con los astros, las revoluciones llevan la dinámica de los hechos al límite y producen un cambio dramático y cualitativo del que nunca podrás olvidarte. En esta configuración se trata de pasar por una prueba con sus crisis, con la seguridad de que tras el episodio álgido sobrevienen una forma de éxito y propicidad inigualables, debido a que lo nuevo en nuestra estructura mental se yergue y tiene a su favor la condición juvenil emergente. Lo sensato en estas circunstancias es prepararse íntimamente para los rigores del período de transición. Quizás la mutación se presente sin anunciarse -al menos en apariencia-, pero manteniéndote atento y vigilante, y sin necesidad de volver a consultar al Oráculo, puedes ponerte en condiciones de asumir la instancia de transformación felizmente, al haber iniciado en tu vida y en tu corazón los ajustes y cambios anticipada y prudentemente. El hombre sabio se predispone internamente para las remociones, adoptando el lenguaje de las remociones respecto a su continuidad y habitualidad psicológica. Establece un antes y un después, encuentra su propio día, su ritmo, la justa oportunidad, y así actúa junto con la Acción del Destino y alcanza el triunfo moral y espiritual.
3) Ante un cambio tal, todas las cosas parecen amenazarnos y los tiempos que corren adquieren la envergadura de una sombra siniestra. Pero ese es apenas el aspecto que bajo nuestros condicionamientos y miedos ancestrales evocamos. Precisamente, el miedo, la incertidumbre, la pusilanimidad, la falta de coraje y la cobardía pueden atravesarse en nuestro camino empobreciendo el valor y la calidad de la experiencia que se está preparando en el plano arquetípico. Recuerda que ante la anunciada circunstancia de violenta remoción se requiere de una presteza y de un especial cuidado, refinados y a la vez extremos. De esa forma, anticipándose por medio de la conducta más luminosa, saneando nuestros contenidos interiores y educiendo el potencial adaptativo propio de la vitalidad espiritual, este cambio que se encuentra ahora en proceso, advendrá para buen recibo y final redención. Ten presente que esta adversidad, como todas, prepara el terreno para una nueva siembra y fructificación. La naturaleza no actúa a los saltos, y estos cuadros críticos están incorporados al programa de la Vida para sus criaturas.
4) Presteza, adaptación, comprensión previsora, preclaridad intelectual, templanza y una sana dosis de audacia son los instrumentos más eficaces para recibir y dar la bienvenida a los cambios y transformaciones que la Vida -desde la esfera superior- ha dispuesto para nosotros, en preparación de los grandes cambios auto generados que deberemos encarar algún día en el Sendero de Evolución Acelerada. Si te encuentras a las puertas de un incipiente evento iniciático, espiritual, poco se te puede decir. Tienes que vivir intensa y completamente la experiencia de desarraigo -lo viejo-, y de revelación -lo nuevo-, y beber de tu propio veneno hasta la última gota. Recuerda que en el veneno está la pócima milagrosa, el antídoto, tal como Teofrasto Paracelso sentenció y la posterior escuela Homeopática convalidó gloriosamente.
5) «Dejo atrás el hombre que fui y el que no fui. No sé quién soy todavía. Sólo sé que soy el que es, y que esa condición contiene el germen de la inmortalidad».