El arcano de La Torre, la Atalaya, la Torre de Faros, la torre de fuego, el torreón herido por el rayo, el castillo o la fortaleza que se derrumba, simboliza la caída y expulsión de Adán y Eva del Paraíso Terrenal, el hundimiento de la Torre de Babel, la ruina del Templo de Jerusalén, la caída de la Bastilla, las torres del Temple, etc.. es decir, todo lo relacionado con el pecado del orgullo, de la soberbia, el creerse superior a los demás y querer dominarlos, el egoísmo del poder y, en consecuencia, el querer compararse a los dioses, quienes, como respuesta, fulminan a los ilusos y pecadores con sus mortíferos rayos.
Ésta es la causa de que en el arcano figure (en la mayoría de los Tarots) un rayo destruyendo la cúspide de una torre, de la que caen dos hombres, que simbolizan los proyectos y deseos malogrados, las ilusiones que caen al vacío.
Como la torre era una construcción clásica que servía para defenderse de los enemigos desde la misma o para proteger un pueblo o plaza, no es un arcano de buen augurio personal el ver que se derrumba. De ahí que para Jung simbolice la disolución del ego, del «yo», la desaparición o derrumbe de los bloqueos y defensas que apuntalan el arquetipo «persona», una de las facetas de la personalidad.
Puede considerarse que, a nivel personal, es un naipe que «manifiesta los cambios forzosos de los pensamientos equivocados», toda vez que ha de interpretarse «como un rayo de luz del entendimiento, emanado del cielo, del inconsciente, que se abate sobre la Torre, el cuerpo. La cúspide o cúpula que se desmorona o es derribada por el rayo simboliza los pensamientos que son desechados, que caen en el vacío, para dejar paso a las nuevas ideas».
Desde ese punto de vista, es un arcano que también tiene el simbolismo de la liberación interior, del derrumbamiento de la Bastilla o calabozo interior, en el que permanecía la personalidad, aprisionada por los vicios del orgullo, la soberbia… De ese modo queda la persona liberada para iniciar una nueva etapa existencial.
Así, en el plano mántico, es una carta que tiene el significado general de alteraciones, cambios y transformaciones inesperadas, ya sea en el sector de lo material (dinero, negocio, bienes, propiedades, empleo, cargo), lo físico (salud, enfermedades, accidentes, dolencias crónicas) o lo sentimental (rompimiento, separación, divorcio, viudez).
No debe sorprender, pues, que indique (según el tipo de pregunta que se haga y la videncia del tarotista) pérdidas monetarias, negocios que no marchan y que van a la ruina, situación financiera que se derrumba, cambio de empleo o de negocio, bancarrota, quiebra de empresa, deudas que no se cobran, grave quebranto económico por mala gestión personal o por sufrir estafa o abuso de confianza, proyectos quiméricos o fantasiosos que se derrumbarán, esperanzas fallidas de recuperación, ideas o ambiciones que se malogran, asuntos que se tambalean, negocios o proyectos poco consolidados que corren peligro de venirse abajo, penuria monetaria, falta de liquidez en una empresa …
En otro plano, es un naipe que advierte que hay que estar alerta contra accidentes, contratiempos, adversidades, situaciones anómalas, sucesos desagradables o escándalos que afecten a la familia y al medio ambiente social de uno, situaciones peligrosas que interesen a la vivienda, casa o propiedades (cuarteamiento de paredes, humedades, goteras, inundaciones, rotura de cañerías, escapes de agua en el cuarto de baño, daños por la caída de un rayo, perjuicios a causa de atentados, huelgas, revoluciones, subversiones, catástrofes colectivas como terremotos, inundaciones, lluvias torrenciales, caída de techos, corrimiento de tierras, cimientos en malas condiciones, filtraciones de agua o combustibles, explosiones de calderas o gas, cortocircuitos, aluminosis, etcétera).
En el plano laboral, presagia despido, pérdida de posición, contrato temporal que no se renueva, situación de paro, sueldos o beneficios que no se perciben, empleo que no se obtiene.
Por otra parte, como ya hemos dicho que es una carta especialmente relacionada con todo lo concerniente a vivienda, casas y construcciones, también suele referirse a constructores, inmobiliarias, arquitectos, aparejadores, albañiles, maestros de obras, encofradores, especialistas en derribos y excavaciones, estuquistas, carpinteros, cristaleros, etcétera.
En particular, advierte del peligro de golpes, heridas, caída al vacío y otros accidentes ligados al trabajo de construcción, por lo que se debe ser muy precavido en todo momento. Si se pregunta por el estado de un edificio, casa o piso que se quiere comprar y sale La Torre, puede denunciar defectos o anomalías en la construcción o problemas legales relacionados con la propiedad. Si se inquiere por la obtención de un préstamo hipotecario, La Torre significa que no se obtendrá o que uno irá muy mal de dinero para pagar los plazos.
Si se consulta la conveniencia de invertir en una urbanización o comprar primero el terreno para más tarde edificar un chalet, este arcano advierte que surgirán problemas graves en el futuro y que nada saldrá como se tenía calculado o previsto, probablemente por trabas o impedimentos legales, defectuosa escrituración de la propiedad, actuación dolosa de vendedores, abogados o funcionarios municipales y del registro, etcétera. Queda desaconsejada la compra o inversión.
Asimismo, es un naipe que hace referencia negativa a la vivienda o local que se busca (sea para alquilar o comprar), tanto como domicilio como para poner un negocio u oficina… Ya sean una pareja de novios, un comerciante o una familia quienes pregunten si pronto encontrarán el local que necesitan, si sale La Torre como respuesta (a una sola carta), quiere decir que no, que se derrumba el proyecto o ilusión. Además, en circunstancias especiales, incluso puede advertir del peligro de abuso de confianza o estafa al alquilar o comprar una vivienda. Si se trata de arrendar un local o vivienda hay que estipular muy bien el tipo de arrendamiento y contrato y no confiar en la palabra de nadie.
En el plano familiar, cuando se inquiere por el futuro de todos, sobre todo a nivel de propiedades o de vivienda, La Torre señala hay que insistir en los conflictos o problemas inesperados que afectan al domicilio, al hogar, y que van desde goteras o escapes de agua hasta robos en casa, pasando por subida inesperada de alquiler o impuestos, cuarteamiento de paredes o reparaciones urgentes de electrodomésticos. Incluso avisa, en caso de arrendamiento, de no realizar obras en la vivienda o local sin el permiso escrito y bien estipulado del propietario, de lo contrario se sufrirán disgustos o problemas legales.