El naipe de El Mago, del malabarista, del ilusionista, del prestidigitador, del brujo, del hechicero, del adivino, del equilibrista, etc., simboliza a la persona que recurre a sus conocimientos, destreza, artimañas, encantos y recursos mágicos para armonizar lo nuevo con lo viejo, lo moral con lo amoral, lo pacífico con lo guerrero, lo material con lo espiritual, lo mundano con lo elevado, es decir, que lucha por mantener un equilibrio ante cualquier evento, conflicto, situación, problema o enfrentamiento, cual experto malabarista.
Este arcano representa, por consiguiente, la habilidad, astucia, diplomacia, destreza, sentido comercial, maquiavelismo, sagacidad, pericia y confianza en la propia valía y actuación para salir adelante con cualquier proyecto, empresa o negocio.
La figura de El Mago, de pie, ante su mesa de trabajo, en la que tiene expuestos diversos utensilios y adminículos representa la capacidad del individuo para enfrentarse a diversos quehaceres y situaciones con maestría, elocuencia, persuasión, conocimientos y sabiduría. Viene a indicar que el ser humano es como el malabarista que mantiene en danza, en movimientos sincronizados, varios objetos (conflictos familiares, problemas económicos o de salud, etc. captando la atención del público y procurando que no se caiga nada de sus manos, que no se rompa la armonía.
Otras veces, en el plano mundanal, es el comerciante: el tendero que con paciencia y verborrea sabe vender sus artículos. No sólo encarna el espíritu del buen comerciante o vendedor (en parte es una carta ligada a los comerciantes, empresarios, tenderos, vendedores ambulantes, representantes, viajantes, etc.), sino también la picardía, el ingenio y la astucia del vendedora publicista que sabe hablar y convencer al cliente de las excelencias de sus artículos, mintiéndole si es preciso.
En lo más elevado, el arcano de El Mago representa al adivino, al mágico, al brujo, al hechicero, al chamán que emplea secretos mágicos y cósmicos para obtener lo que desea. Los instrumentos y artilugios que tiene en la mesa en este caso, altar simbolizan los utensilios, parafernalia y rituales para conectar los dos mundos: el macrocosmos y el microcosmos, el cielo y la tierra, lo espiritual y lo material, además de indicar, por supuesto, sus conocimientos y sabiduría.
El sombrero que lleva puesto, que viene a tener la figura de un «ocho» estilizado, alargado horizontalmente, representa los sentidos superiores, el poder de la mente, el don de la profecía, la clarividencia, la inspiración divina, el sentido común, el sexto sentido, la quintaesencia del pensamiento. En algunos tipos de Tarot en que El Mago aparece con otra clase de sombrero, por encima del mismo flota, a guisa de aureola, el mencionado ocho (como en los Tavaglione).
En este estadio o imagen superior, El Mago representa, corno indica Jung, la formación de la conciencia a partir de lo inconsciente, la constitución de las fuerzas elementales del individuo: los sentidos.
La mano izquierda levantada, sosteniendo hacia arriba un objeto cilíndrico, a manera de probeta o de varita mágica, simboliza la conexión con los poderes cósmicos, las entidades angélicas, los espíritus de los desencarnadas, las energías invisibles, los dioses o entidades superiores del Más Allá, etcétera.
En cierto modo, pues, este arcano señala que .uno puede valerse de rituales y secretos mágicos para conseguir lo que desea, pera sin olvidarse de los estudios, de los conocimientos terrenales y esfuerzos personales; de ahí que en este naipe El Mago se halle siempre frente a una mesa de trabajo, con las patas en el suelo y sus propios pies en tierra, o sea, sin perder de vista el mundo de la realidad cotidiana. Además, también se vale -para sus ceremonias y propósitos de objetos creados por la mano del hombre.
Por consiguiente, en lo positivo, este arcano anuncia la capacidad de la persona para enfrentarse a diversos quehaceres, dificultades y obstáculos salvándolos con destreza, sabiduría, sentido común y «mano izquierda» (como indica la figura de El Mago, sosteniendo el objeto mágico con esa mano), de manera parecida a como el prestidigitador o ilusionista realiza juegos malabares; al menor fallo se le caen las bolas, las cartas, etc.. y su truco queda al descubierto, fracasado.
Asimismo, anuncia esfuerzos correspondidos por los beneficios, el éxito, el triunfo; actividades comerciales, sociales y profesionales que traerán prosperidad; y que las relaciones hogareñas y familiares pueden armonizarse y alcanzar estabilidad, todo ello gracias al sentido de diplomacia, tacto, astucia, flexibilidad y sutileza.
La carta de El Mago también representa a la persona emprendedora, con iniciativas personales, con ideas propias para hacer el movimiento o jugada conveniente en la «partida de la vida». No olvidemos que es el arcano número uno (1), que simboliza el inicio, el principio generador de cualquier proyecto o actividad, el poder creador o individualismo creador, el precursor de cualquier asunto o empresa’ y la destreza en el trabajo. En otro aspecto, simboliza la diplomacia, la capacidad de negociación y la facultad para eludir conflictos, enfrentamiento s y problemas.
Es una carta que, en lo positivo, indica la recuperación, el resurgimiento personal o comercial, etc., así como un golpe de suerte o un peligro que se elude aunque sea sacándose una carta de la manga o haciendo trampas.
En lo negativo, cuando la carta sale en contra de lo que desea el consultante o de la situación personal, de acuerdo con la correspondiente tirada o juego (por ejemplo, en el lugar 2 del Método Péladan, sugiere que el problema existe porque el sujeto no actúa con diplomacia, picardía o astucia, es decir, que no sabe disimular o mentir y que carece de capacidad de maniobra.
Si El Mago aparece reiteradamente a un mismo cliente (según el Método Péladan) en los lugares 3, 4 o 5, indica que todo puede solucionarse a base de sentido común, diplomacia, picardía, flexibilidad, hipocresía y destreza, cual malabarista de asuntos familiares, comerciales y sentimentales.
En otro aspecto, El Mago puede representar al hombre en general, al propio consultante (cuando es un hombre o se pregunta por él) y al padre.
En el aspecto creativo y mercantil, este arcano también hace referencia al artesano, al orfebre, al joyero, al platero, al profesional de la bisutería, al buhonero, al mercader ambulante, al tallista, etcétera.