El arcano de El Sol, de la luz, de la energía, de la vitalidad, de la luminosidad, del día, del brillo, de la luz universal, de la luz divina, de la luz espiritual, de la razón, de la concordia… representa la gran divinidad natural que todo lo fertiliza y vivifica, al dador de vida, toda vez que la luz y el calor procedentes del Sol es lo que hace posible la vida en la Tierra. De ahí que simbolice a los dioses solares de la antigüedad: Horus, Helios, Sharnas, Hiperión, Apolo, todos ellos enemigos del mal, de la oscuridad y defensores de la luz y del bien. Apelo además, como dios adivino y oracular tuvo el sobrenombre de Lukeios. «el iluminado».
Es la carta, pues, que representa la luz primordial, la luz primigenia la luz que todo lo purifica e ilumina y, por supuesto, la luz bíblica que Yahvé hizo el primer día de la creación y que sacó al mundo del caos, lo que significa que sin la luz del conocimiento no puede emprenderse nada que sea duradero.
Psicológicamente es una carta de armonía, que habla de una transformación personal y del renacimiento a un nuevo camino de iluminación interior, en que la persona ha combinado y equilibrado con éxito las tendencias y aspectos más divergentes de su personalidad en un nuevo «yo» más espiritual y evolucionado.
Es por ello que Jung considera que el arcano de El Sol simboliza el hermanamiento de los opuestos, la primera forma de «totalidad psíquica en la que el «yo» y la sombra se hermanan, se equilibran armónicamente».
Ese equilibrio y confraternidad es representado en el arcano por la figura del Sol, cuyos rayos son de dos colores o formas distintas (unos representan las fuerzas del consciente y otras las del inconsciente), se integran en una nueva personalidad e identidad representada por la cara del astro rey.
En algunos Tarots, las líneas angulares y rectas que salen del disco solar representan las líneas de fuerza o energía del consciente, mientras que las del inconsciente están simbolizadas por las líneas sinuosas u onduladas (como en el Tarot de Marsella, el Rayder Tarot…). En otros Tarots. esos dos niveles están marcados por rayos de dos colores distintos (Tarot Español, Tarot de Tavaglione). Además, en el arcano XIX hay elementos que representan y marcan la unión del Sol (el «yo» integrado) con los cuatro mundos: mineral, vegetal, animal y humano. La pareja que aparece en la mayoría de Tarots expresa la unión y armonía entre el principio masculino y el principio femenino que reside en cada personalidad.
En el aspecto mántico, es un arcano iluminador y positivo que significa renacimiento, evolución, transformación personal, iluminación espiritual, renovación espiritual y mental, nuevo ciclo de mayor claridad y brillantez, entendimiento con el prójimo, ideas más creativas y luminosas, mayor fe en sí mismo y en el camino a seguir, claridad de juicio, fraternidad, caballerosidad, nobleza, generosidad, paz, armonía, sentido común, talento, buen corazón, buena predisposición para solucionar un conflicto o problema … Es, por consiguiente, un naipe positivo, de buen augurio, de vaticinio esperanza dar, de presagio favorable.
Desde la vertiente profesional y creativa, es un arcano que significa logros, éxitos, beneficios, dinero, oro, reputación, gloria, celebridad, fama, honores, reconocimientos, fortuna, satisfacciones, premios…
En su simbolismo de «iluminación» e «inspiración» representa todos los trabajos, empresas y profesiones relacionados con pintura, dibujo, decoración, fotografía, espectáculos, artes escénicas, televisión, medios audiovisuales, poesía, literatura, artesanía y bellas artes en general, las cuales traerán éxito o fracaso, alegrías o disgustos, según la carta esté a favor o tenga otras que la frenen o ataquen.
En un plano más mundanal es un naipe ligado a salones de belleza, peluquería, solarium, sauna, cosmética natural, alta costura, etcétera. y en lo más técnico, con todas las carreras y cargos que tratan con energía atómica y nuclear, electricidad, magnetismo, rayos láser, combustibles modernos. Es, además, por antonomasia, el arcano conectado con la pedagogía, enseñanza superior, por lo que puede representar a catedráticos y profesores de universidad y sus ambiciones y propósitos. Por supuesto, es una carta que habla de la vocación del consultante.