De nuevo, necesitarás de la soledad y de la comodidad de tu espacio personal, en el que habrás instalado en su centro la lámina LA ESTRELLA.
Cogerás un cuenco de barro, en el que pondrás la mezcla de tres hierbas: ruda, salvia y laurel; lo rociarás con alcohol de quemar y pondrás cerillas alIado, procurando que nada quede en peligro de ser quemado a su alrededor.
Luego, te darás una ducha y secarás el cuerpo con tus propias manos, sacudiendo el agua hacia abajo y secando con toalla sólo los cabellos (en caso de ser invierno, caldea la habitación).
Totalmente desnudo/a, prenderás las hierbas y, arrodillándote a una distancia prudencial, tratarás de llevar con tus manos hacia ti los fluidos que salgan de las llamas, tocando con las puntas de tus dedos todos juntos los puntos de entrada energética, o chakras, y frotándolos primero en el sentido contrario al de las horas y luego en el del horario, mientras en la mente visualizas su-color óptimo (los cuales te adjuntamos en el resumen final).
Irás removiendo de vez en cuando las hierbas para que éstas se quemen bien. Cuando estén bien quemadas, se apagarán por sí solas y echarán más humo, cosa que aprovecharás para llevado con ambas manos hacia ti con la intención de limpiarte con él.
Después, una vez hecho esto, te cubrirás con algo blanco y, desde la mente, te imaginarás que los colores de cada uno de todos tus chakras se ponen en movimiento girando en el sentido horario por la parte delantera para empujar así a que los posibles restos de energía densa vayan atravesando todo el espacio ovoidal, saliendo por su finalización en la espalda.
Acompañamos todo esto de una respiración YANG, o sea, rápida al inspirar y lenta al espirar, varias veces, y también haremos respiración YIN, es decir, lenta al inspirar y rápida al expulsar el aire. Una vez hecho esto, te pones de pie y, desde la mente, sentirás cómo de nuevo los colores óptimos del arco iris giran dentro de tus centros energéticos, y los «verás» esta vez ascender por el canal central de tu columna vertebral, los siete por separado, como un arco iris interno que saldrá por lo alto de la cabeza como siete fuentes de luz y color que te van a rodear y envolver sintiendo cómo los colores giran a tu alrededor, los cálidos en el sentído horario y los fríos en el contrario, viéndote desde la mente envuelto en su abrazo. Luego, tomarás en tus manos la lámina número diecisiete y cantarás el «OM» siete veces, mientras tu mirada descansará en el conjunto de toda la lámina.
Un modo, también sencillo como el anteriormente indicado para mejorar nuestro caudal energético, sería enviar todos los días al planeta y sus habitantes deseos de paz y armonía y luego hacer que nuestros actos fuesen consecuentes con nuestros deseos, ya que el papel que desempeñan las energías en el proceso evolutivo es muy importante.
Nuestro deber primordial es conseguir emitir ondas de energía cada vez más puras, y para conseguido tenemos que disciplinamos Y conocernos; además, es, necesario conocer la manera correcta de mover estas energías; con las laminas denominadas ARCANOS MAYORES de El Tarot de Marsella llegarás a saber activar los diferentes grados de tu intensidad, impulso, vibración y tono, desarrollándolos y aunándolos de manera armónica. Debemos empezar por conocer nuestro propio cuerpo físico y la energía que lo mueve, para luego ir a otros cuerpos y energías y por favor, no creas que ya no tienes tiempo de cambiar.
Yo te amo, hermano buscador, y te quiero libre. Busca en tu interior, rectifica todo lo que sientas que debe ser modificado y sé feliz tal cual Dios te ha creado: PLENO DE ÉL.