La reunión de todos en UNO da lugar a la iluminación. Nos remite a los principios de vida, luz y amor. Sin la vida, el amor no podría manifestarse, y sin la luz no podría verse.
El arcano nueve o EL ERMITAÑO es el conjunto que implica a esta coordinación perfecta de los elementos para la iluminación del SER.
Es la sabiduría refractándose en lo material, sabiduría que se envuelve en el manto de lo sencillo de toda verdad, alumbrando sin estridencias, verdad dada a conocer solamente a los puros de intención.
Esta lámina viene después de la denominada LA JUSTICIA, pues sólo cuando uno se encauza a sí mismo y se ve a sí mismo, puede hacer justicia con respecto a los demás; el Ermitaño es nuestro lado más curativo, es esta lámina la que nos ayudará a llegar a los estados idóneos de soledad sin problemas depresivos.
Meditar en esta lámina nos remite a la verdad profunda que vive alojada en nuestro interior, al germen del pensamiento.
Ella representa al principio primordial del elemento del fuego, que en la mano del sanador es la calma.
Simboliza esta lámina la luz del inconsciente envuelta en manto de la mente consciente. Está en el Árbol de la Vida uniendo el sendero que va desde CHESED a TIPHARET, diciéndonos que el observar la belleza nos hará tener misericordia, y viceversa.
Meditemos en ella para iluminar el camino de nuestra vida, apoyándonos en el bastón de la sabiduría interna que todos tenemos, conectándonos con todo desde la magnanimidad y el contento, usando del manto de la discreción cuando nuestra agudeza mental nos haga ver al desnudo delante nuestro al prójimo tal cual éste es.
Al meditarIa, esta carta nos comunicará el enorme valor de la prudencia, virtud sin la cual todo buscador corre riesgos innecesarios, o como decía el sabio: «No por mucho madrugar amanece más temprano.» Todo buscador de la verdad debe pasar por los distintos estados que le han de ayudar a encontrarIa, pero ésta, como todas las búsquedas, tiene sus reglas, y una de las más valiosas es: «No hacer a los demás lo que a ti mismo jamás te harias.»