En el centro de la carta nos encontramos con un corazón que alberga en su interior un trono. Esto pretende simbolizar que el poder verdadero, la autoridad verdadera solo se pueden vivir con amor.
El gobernante auténtico actúa desde el corazón. Él está al servicio del bien de todos, lo cual tan solo es posible en unión con la fuerza espiritual del universo, como vemos representado por la paloma que aparece encima del trono.
Pero el rey no se sienta en el trono como gobernante. Actúa y sirve en el amor: sobre su cetro hay un corazón. Además, no lo porta amenazador y erguido, sino que lo lleva en su mano izquierda de forma relajada. La parte izquierda del hombre representa a sus sentimientos.
En su mano derecha -el lado que representa sus actos lleva en su dedo corazón el anillo del poder, el anillo del padre o de Saturno, que simboliza el poder, la responsabilidad, la justicia y el orden verdadero.
El conejo representa al miedo y a la inquietud, al ser vulnerable o al estado de tensión. Sin embargo, bajo la protección del rey, incluso el conejo que tiene enemigos en todas partes, se siente seguro y protegido.
En la parte inferior de la carta aparece sentado un hombre aislado y retraído en sí mismo. Se encuentra dando la espalda al amor y a la luz, que iluminan ahora su capa, y está atrapado en la maraña del miedo, en la red de autoridades extrañas.
El rey, con su mano levantada, hace ademán de indicarle al hombre que utilice la espada de la claridad y del amor, para destruir las ataduras antiguas y liberarse de esta manera. y le ofrece a él, que se aparta enemistosamente, el trono de su corazón.