Una de las formas de poder comprobar el arraigo de un objeto, elemento o creencia en un pueblo, sociedad o civilización es analizar, aunque aquí se haga de forma muy general, la implantación de ese objeto, elemento o creencia en el lenguaje.
Es decir, la tradición, costumbre y uso de una determinada palabra y sus derivados, frases hechas, refranes y referencias culturales a las que implica es uno de los aspectos que desvela el grado de implantación, uso e interrelación existente entre la sociedad que utiliza esa palabra y la palabra en cuestión.
En este caso, obviamente la palabra de referencia no es otra que «vela». En el idioma español actual se encuentran varias referencias que muestran su profundo arraigo en las costumbres, rituales y tradiciones de la población de la península ibérica. Pero, antes de ver cuáles son, veamos cuál es la definición académica de este concepto.
Como sucede con otras muchas palabras de este y de otros idiomas, una misma palabra es utilizada para definir varios conceptos, a veces similares y en ocasiones totalmente distintos y sin otra conexión más que la idéntica agrupación de letras, todas unidas en el mismo orden para formar una misma palabra.
La palabra vela define tanto el objeto que sirve para hacer luz como el que, en una embarcación, tiene por misión recoger la fuerza del viento e impulsar la barca.
No interesa en este capítulo comentar el segundo concepto, pero sí el primero para poder así demostrar que si existen tantas palabras y usos referidos al mismo concepto es porque la integración de este término en la vida social de nuestro pueblo (como en otros muchos) es manifiesta y evidente.