En 1917 tres pequeños pastores portugueses fueron sorprendidos por algo que, al parecer no habría sido precisamente la Virgen.
La investigadora portuguesa Fina D Armada fue la primera estudiosa que tuvo acceso a los interrogatorios realizados a los niños de Fátima por el padre Formigão.
Según estos documentos, lo que habrían visto los pequeños Francisco, Jacinta y Lucia, habría sido una mujercita de un metro diez de altura que aparentaba tener entre 12 y 14 años. Se encontraba sobre una encina, iba vestida de blanco y el traje con falda hasta las rodillas y medias blancas- presentaba costuras doradas. Hablaba en perfecto portugués, pero sin mover los labios (tal vez una forma de comunicación telepática).
Además portaba un rosario y una bola en la que se veían imágenes.
Después vendría la revelación a Lucia de los tres secretos por parte de la supuesta Virgen, secretos sobre cuyo significado -especialmente el tercero- aún se sigue especulando.
El interés de Fina D Armada por Fátima nació el día en que, empotrado en una pared de la casa de su madre que se llamaba Iria, igual que la cueva donde apareció la Virgen, encontró un misterioso cofre. Eso ocurrió a principios de los años treinta del pasado siglo.
Fina se concentró en la fórmula para abrir el cofre y descubrió que la clave estaba en una llave que se combinaba en tres posiciones, a partir de unas letras contenidas en la cerradura. La tercera y última vuelta la que abría el cofre sólo encajaba con los dientes de la llave hacia arriba. Fue entonces cuando tuvo una extraña intuición: el secreto de Fátima pensó- también apunta hacia arriba, hacia el cielo. Además se dijo del mismo modo que tres eran los puntos para abrir el cofre, tres eran también los secretos de Fátima.
Fue así como empezó a aplicar la numerología para buscar relaciones entre elementos y situaciones aparentemente inconexos. Tres eran los niños videntes; el tercio es la tercera parte del rosario cuyo rezo tanto pregonaba la aparición; hubo testigos que vieron tres figuras o siluetas dentro del extraño disco que se antepuso al Sol en 1917… ¿Meras coincidencias?
En su libro O segredo de Fátima e Nostradamus (Ed. Esquilo. Lisboa, 2004) Fina D Armada sostiene la hipótesis de que aquella entidad femenina podría estar anunciando un nuevo ciclo evolutivo de la humanidad. Aparentando tener entre 12 y 14 años escribe la autora-, no puede ser una madre; tiene, por lógica, que ser una hija.
Una hija que será el tres de la Trinidad, nueva tríada en la que los dos lados del triángulo serán un padre y una madre. Ella podría haber venido para anunciar un mundo nuevo, una nueva Edad. La humanidad ya no podrá venerar eternamente una madre y su hijo varón, habrá de venir el tiempo en que la humanidad venere a una madre y a su hija. Una hija que será también el tercer lado de un triángulo, un tercio sagrado….
Siguiendo el razonamiento de Fina DArmada, podría decirse que la aparición mariana tuvo una clara simbología feminista, ya que sólo las pequeñas videntes y no Francisco, el niño- pudieron oír la voz de la Virgen.
Fina comparó también la figura de un tercio o rosario abierto con el símbolo del planeta Venus (0+), el mismo que encabezó el mensaje de los espiritistas lisboetas, es decir, la Stella Matutina. Y no olvidemos que Venus es el símbolo de lo femenino, de la mujer por excelencia.
Las diosas primigenias
La aventura de Fina D Armada apenas había comenzado. Inmersa en la interpretación feminista de los sucesos de 1917, la investigadora buscó en el centro de Portugal, allí donde había tenido lugar la aparición, el rastro de las diosas madres de la antigüedad. Supe que en Portugal existen iglesias que fueron construidas sobre templos dedicados a la diosa Isis, netamente pagana, como en la localidad de Alcongosta. También en el centro del país existen procesiones sin padres, reminiscencias del tiempo en que las mujeres daban órdenes, es decir, de un culto femenino primigenio, explica la historiadora.
Y así encontró a la diosa Ataegina o Atégina (en latín, Ataecina), que en muchas inscripciones romanas aparece asociada a Proserpina, una deidad lusitana venerada bajo tres aspectos: la diosa agraria, la diosa infernal y la diosa sanadora. Ataegina era una hija de Ceres a la que se atribuye el origen de la misteriosa fiesta de los tabuleiros (tableros de flores) de Tomar, un culto ancestral al Espíritu Santo (ver recuadro) que aún se conserva en la parroquia de Monsanto (Beira Baixa), donde está Nuestra Señora de Azenha.
Esta tradición exigía que una mujer estuviera presente en el momento en que se retiraba la imagen del altar, lo que muchos interpretan como un vestigio de un culto ancestral a una divinidad femenina. Además, el nombre azenha (aceña) se refiere a los antiguos molinos de agua que servían para moler el trigo u otros cereales para hacer el pan. Fina D Armada relaciona los cereales con la diosa de la agricultura, Ceres, y su hija Proserpina.
Asimismo, la procesión de Nuestra Señora de Azinheira o Azenha estaciona en lugares señalados por círculos de flores que Fina interpreta como un rosario o tercio. Y el círculo de flores surge también en el mensaje de la Virgen de Fátima recibido por Lucia el 19 de agosto de 1917: Venía Nuestra Señora de los Dolores con un arco de flores alrededor.
Por si estas coincidencias fueran pocas, hay que señalar que era precisamente en el pueblo de Tomar donde acostumbraban a reunirse los templarios y después sus sucesores, los caballeros de la Orden de Cristo, durante el reinado de Dinis e Isabel de Aragón. Lo que pocos saben es que la Orden de Cristo fue la única orden de caballería que estuvo dirigida por una mujer: la infanta Beatriz, a partir de 1475, y por orden expresa del papa Sixto IV.
Vestida de blanco
Siguiendo la investigación de Fina D Armada, las pistas feministas de Fátima se multiplican. Así, la primera aparición se produjo en mayo, cuyo primer domingo se celebra cada año una singular procesión de mujeres en la localidad de Monsanto (región de Beiras). Y en la aldea de Lousa (Castelo Branco) aún pervive una festividad que rinde culto a la Señora de los Altos Cielos durante la cual ocho adolescentes vestidas de blanco, coronadas por flores y portando cadenas de oro al cuello, bailan acompañadas por cánticos.
La entidad de Fátima se presentó vestida de blanco, era joven y estaba adornada con hilos de color dorado. En el mensaje que transmite el 19 de agosto de 1917, habló de ocho jóvenes adolescentes: cuatro niñas y cuatro niños, es decir, propone la igualdad de sexos, observa Fina D Armada.
Y a este respecto, se pregunta: ¿Fue el inconsciente de los habitantes del centro de Portugal, en función de cultos muy antiguos, el que generó Fátima, o el fenómeno fue obra de una entidad exterior conocedora de los mismos?.
El Tercer Secreto
Lucia dos Santos recibió el tercer mensaje el 13 de julio de 1917 en la Cova da Iria. Se trataba de una visión apocalíptica. En ella había un ángel con una espada de fuego cuyas llamas eran extinguidas por las manos de Nuestra Señora. Después, en una luz inmensa que es Dios y actuaba a modo de espejo, la pequeña Lucia observó cómo un obispo vestido de blanco era asesinado junto a otros religiosos y personas de todas las clases sociales. El obispo intentaba subir una montaña coronada por una cruz confeccionada con troncos.
Antes había cruzado una ciudad en ruinas plagada de cadáveres. Un grupo de soldados le dio muerte disparándole saetas al pie de la cruz. Y un último detalle: sobre los brazos de la cruz se situaban dos ángeles provistos con sendas regaderas de cristal en la mano con las que recogían la sangre de los mártires para regar con ella las almas que se acercaban de Dios.
Timor, la clave orienta
Tras años de investigación, Fina D Armada asegura haber encontrado una nueva interpretación para el Tercer Secreto. Y lo ha hecho basándose en las famosas Centurias que Nostradamus escribiera en el siglo XVI.
En una de ellas el vidente francés menciona a un rey de Anglomois, que según la historiadora portuguesa representaría, simbólicamente, a los modernos soberanos de Indonesia, la cuarta nación más poblada del mundo.
La centuria en cuestión se refiere al séptimo mes de 1999 e indica que en ese año del cielo vendrá un gran rey del terror… a resucitar al gran rey de Anglomois…y que antes y después, Marte reina sin interrupción.
Fina D Armada ha analizado esta profecía en relación con la invasión de Timor por parte del ejército indonesio, ocurrida en septiembre de 1999. Las televisiones mostraron imágenes crueles de aquellos hechos: cabezas de isleños pinchadas en palos en el camino del aeropuerto, civiles muertos a lo largo de las carreteras y miles de desplazados.
Recuerda también la investigadora que Díli, la capital de Timor Este, ha sido arrasada tres veces (de nuevo el número tres) en el siglo XX. La primera por los japoneses, durante la Segunda Guerra Mundial; la segunda en 1975, cuando aún era colonia portuguesa, durante la invasión por los indonesios que, temiendo una insurgencia comunista, provocaron allí un verdadero genocidio con el visto bueno de Estados Unidos; y la tercera en la citada invasión indonesia de 1999.
Se estima que, con la muerte de más de 300.000 personas en la isla entre 1975 y 1995 a causa de la invasión indonesia, Timor perdió cerca del 44% de su población. Así explica Fina- el bélico dios Marte mencionado por Nostradamus se habría cebado con los timorenses.
Siguiendo la interpretación de Fina D Armada, el ángel con la espada de fuego de la visión de Lucia, y que finalmente detiene la Virgen, podría ser una alegoría del ataque por parte de los musulmanes indonesios a los cristianos de Timor. Además, en 1999 tal como predecía el Tercer Secreto- varios religiosos fueron asesinados en la isla. Y finalmente, el misterioso obispo blanco de la visión podría ser el Premio Nobel de la Paz Ximenes Belo, obispo de Díli, quien efectivamente caminó sobre una ciudad en ruinas y que habría salvado la vida al ser rescatado por un avión de la ONU.
Y es que finalmente las Naciones Unidas acudieron en ayuda de los timorenses, enviando tropas a la isla y contribuyendo así a que el pueblo lograra su anhelada independencia. Portugal tuvo un papel decisivo en esta misión. Las manifestaciones masivas de solidaridad por parte del pueblo portugués se repitieron también en otros países.
¿Milagro en Timor?
El destino llevó a Fina a conocer a Bernardete Días, una mujer que vivió en Timor hasta la expulsión de los portugueses en 1975. Ésta refirió que, por aquellas fatídicas fechas, fue arrastrada, junto con familiares e isleños, hasta lo alto de la escalinata de una gran estatua de la Virgen de Fátima. Allí arriba un soldado les apuntaba con la metralleta cuando, de repente, se detuvo delante de ellos y levantó los ojos hacia la Virgen. En ese momento apareció alguien que ordenó a los condenados que se marcharan.
El soldado permaneció estático, como hipnotizado, sin mover un solo dedo.
Bernardete consideró aquel episodio como un milagro obrado por la Virgen de Fátima. Y Fina apunta lo extraño que resulta que, habiendo destruido prácticamente todo monumento y edificio, los invasores respetaran intacta aquella gran estatua.
El verdadero mensaje
Después de analizar miles de documentos, hablar con cientos de testigos y compilar la más diversa información sobre Fátima, Fina D Armada ha llegado a una rotunda conclusión sobre los mensajes de Cova da Iria. La aparición de Fátima dice- no vino a anunciar guerras, el fin del mundo, la desgracia y la muerte. En un cuerpo de niña vestida de blanco y Sol, vino a anunciar un renacimiento, el regreso a la fuerza de creer y a la fe colectiva en la construcción de la vida.
Así fue como Fina logró relacionar las tres claves para abrir el cofre del hogar familiar con los tres secretos de Fátima, la tríada que compone el culto lusitano al Espíritu Santo y la importancia renovada que vuelve a cobrar el pueblo portugués, a partir del Santuario de Fátima, en la lucha por los derechos humanos, como lo demostró al volcarse en el apoyo a Timor. El secreto de Fátima concluye- no anuncia el fin del mundo, sino su principio.
El nacimiento de un país (Timor), por fuerza de una solidaridad jamás vista… el nacimiento de una nueva mentalidad de unión entre Oriente y Occidente.