El Caballo no soporta que interfieran en su vida privada y, si no lo respetan, puede reaccionar de manera agresiva. Tienen una manera muy personal de cuidar a su familia, y a veces les resulta difícil sobrellevar las relaciones amorosas porque son muy tercos y pueden llegar a ser muy intolerantes con los sentimientos de su pareja. De cualquier manera, si se les dan poco de tiempo, son capaces de asumir ciertos compromisos.
A Los Caballos les afectan muchísimo las rupturas sentimentales, y jamás admitirán que han cometido fallos. Son muy fieles pero muy impulsivos y, cuando se enfadan, son muy dados a utilizar el sarcasmo y a hacer comentarios pedantes; en esos momentos, es como si se desconectaran del mundo.
Suelen sufrir ataques de ansiedad, e intentan conseguir lo que quieren sin el menor escrúpulo. Los Caballos son muy enamoradizos, aunque sus relaciones amorosas suelen ser conflictivas, probablemente por su tendencia a idealizar los asuntos del corazón Y por su necesidad de hacer siempre lo que más les conviene y cuando les apetece. Los Caballos suelen pasar por varios matrimonios hasta que encuentran su pareja ideal. Suelen sentirse atraídos, aunque luego les pese, por personas que están comprometidas.
Lo peor que se le puede hacer a un Caballo es ponerlo en evidencia en público, ya que no soporta la humillación. Si alguien le hace perder los estribos, esa persona se acordará de ese día durante toda su Vida, aunque luego El Caballo le pida perdón. En cambio, hay veces que parece que El Caballo va a montar en cólera, y por el contrario se da la vuelta y desaparece sin decir palabra.