Para favorecer el movimiento del chi en un jardín, deben evitarse las simetrías y fa presencia de líneas rectas, y, por el contrario, promoverse las líneas onduladas, las curvas y las formas circulares y espirales.
Las formas redondas con un cuadrado dentro, no obstante, resultan propicias y favorables ya que representan la unión de las fuerzas terrestres y de las estelares.
En la tradición china se dice que los fantasmas, los espíritus malignos y los demonios se mueven en líneas rectas y que a estas entidades les resulta difícil desplazarse por las curvas.
Pero, además las curvas permiten un fluir calmado del chi, sin provocar precipitaciones, dispersiones, bloqueos o estancamientos, acordes con el campo energético de las personas y resultan más gratas a la vista.
El feng shui recomienda crear en el jardín espacios asimétricos, ya que evitan la presencia de las desfavorables y perturbadoras líneas rectas. Los caminos y los senderos que recorren el jardín en curvas, imitan el movimiento natural del chi. y facilitan a las personas un modo de caminar por ellos similar al que adopta el chi, por lo tanto, la sintonía resultará beneficiosa para la persona que lo recorra.
La forma ideal para los caminos y senderos es la serpenteante, aunque el feng-shui aconseja tener cuidado de que las formas onduladas no acaben pareciendo caminos retorcidos, tortuosos o en espiral que podrían resultar negativos y perjudiciales.
Los caminos estrechos favorecen la soledad y la meditación, frente a los caminos con una anchura suficiente para dos personas favorecen el amor y la comunicación Intima y profunda.
La mejor orientación de un camino es que descienda de este a oeste.
El feng-shui desaconseja utilizar pavimentos troceados, desiguales, desordenados, salteados o rotos en pequeños fragmentos, porque perturban el movimiento fluido del chi y alteran el equilibrio, lo que puede suponer un peligro.
Para permitir la entrada del chi, las vedas y las puertas del jardín deben abrir hacia dentro y no ser demasiado altas.
Si hay escalones en el camino o en los accesos, para atraer la buena suerte, el feng-shui recomienda que sean impares.
Las escaleras más auspiciosas son las que cuentan con cinco, siete o nueve escalones, aunque en escaleras más largas también se pueden aplicar estos números a los tramos.
El entorno y los alrededores del jardín son muy importantes, hay que comprobar la llegada de flechas envenenadas de las construcciones circundantes y neutralizarlas para que no perjudiquen el sheng-chi del jardín.
Por lo general, se pueden neutralizar con árboles, arbustos o setas.
En el feng-shui se utilizan mucho las plantas de bambú para interrumpir la llegada de flechas, las perturbaciones y el sha-chi, porque el bambú se considera mágico hasta tal punto que su significado en chino resulta ser «bendiciones celestiales».
Su uso en Occidente no siempre es aconsejable, ya que la principal premisa para un jardín es que parezca lo más natural posible, que no resulte artificial, y para ello lo ideal es que esté constituido por elementos y plantas autóctonas, ya que la presencia de plantas exóticas difícilmente permitirá lograr esa naturalidad.