04 El Ángel de la Presencia de Dios
Ángeles
Libertad
Cartas Sanadoras: El ángel de la presencia de Dios. Libertad, humildad, realización, aceptar la voluntad divina, abandonar luchas de poder, filiación divina.
EL ángel de la presencia de Dios es el Elohim de la libertad y elimina las estructuras de poder del ego en la medida en que revela la voluntad divina. La voluntad de Dios nos conduce a nuestra verdad y nos libera. Si nos acercamos a Dios con humildad y nos entregamos a su voluntad, se disuelven las resistencias que nos han impedido avanzar en nuestra vida y somos bendecidos con la libertad del cielo.
El ego nos ofrece una libertad que en realidad no es tal. El ego no reconoce la voluntad de Dios y nos quiere hacer creer que la libertad es la independencia de Dios. Cuando ya no nos sentimos conectados con Dios, buscamos por naturaleza esa conexión y caemos en dependencias terrenales. El ángel de la presencia de Dios nos recuerda nuestro vínculo con Dios y la filiación divina.
El vínculo que experimentamos con la filiación divina hacia nuestros padres celestiales nos permite aceptar la voluntad de Dios llenos de humildad y nos da libertad para aceptar los obsequios celestiales. Los obsequios celestiales son la voluntad de Dios. Con la voluntad de Dios tendremos todo lo que de verdad nos hace felices y nos llena. La libertad consiste en elegir la voluntad divina.
Soy la presencia de Dios. Yo soy. Soy la divinidad en tus acciones. Soy la divinidad en tu casa. Sé valiente, avanza y entrega al padre divino lo que es del padre. Entrega a la madre divina lo que es de la madre. Entrega tu ser a la voluntad divina. Yo te guío llevándote con mi mano suave. Hijo de Dios que tú eres. Nacido en la tierra, conducido por la mano divina. Que se haga la voluntad de Dios. Nada será más grande en ti que el mismo Dios.
Amén
El significado de la carta
Desde un triángulo amarillo claro, el ojo de Dios que mira al infinito nos dice: «Estoy aquí, soy Dios. Estás en la presencia de Dios». Con la energía de este ángel, la llamada de Dios se hace muy potente. La energía divina se manifestará cada vez más en tu vida.
El ego busca la lucha de poder con Dios y te lleva por caminos equivocados. El ego pretende que todo suceda según su voluntad. Toma decisiones contrarias a la verdad, que te conducen cada vez más profundamente hacia la separación de la fuente divina. El ángel de la presencia de Dios te exhorta ahora a que tomes posesión de tu libre albedrío, que es la voluntad de Dios. Solamente la voluntad de Dios te llevará a una vida dichosa y a la felicidad.
Todo el sufrimiento de nuestra vida surge de la lucha de poder con Dios, porque el ego desea que todo suceda a su modo. Las luchas de poder con personas cercanas a nosotros, con la pareja o personas que tienen autoridad sobre nosotros, ocultan un conflicto de autoridad con Dios. El ego siempre quiere tener razón, dado que está convencido de hacerla todo mejor que Dios. La voluntad divina asegura el bienestar para todos. La voluntad del ego solo piensa en la ventaja personal, con lo cual todos pierden.
El ángel de la humildad inclina su cabeza en presencia de Dios y quiere animarte a renovar tu unión con Dios (arcoíris). Si tienes que tomar ahora una decisión y estás dispuesto a recibir la voluntad divina, la verdad se te revelará.
La voluntad de Dios es puro amor. Ingresa en el cristal color rosa del amor incondicional y conviértete en el canal para aquello que es bueno y verdadero. ¡Libérate de la pretensión de poder del ego y libérate en Dios!
La conciencia de Cristo nace del entendimiento de que somos hijos de Dios y de que la voluntad divina es la única verdad que nos hace sanos y felices. La estrella de Belén brillará sobre ti si abandonas ahora tu pretensión de tener razón y dejas a Dios decidir qué es verdadero y bueno y lo mejor para todos.
Oración del ángel de la presencia de Dios
Ingreso en la presencia de Dios. Estoy en presencia de Dios. Entro en tu relicario de luz. En ti reconozco todo lo que es divino. Dios dice: ¡Será luz y fue luz! La estrella de Belén asciende. Soy libre en Dios. ¡Hágase tu voluntad ahora!
Amén